El fin de semana de dos parejas, a priori idílico y relajante, se complica por motivos personales, y si a eso le añadimos un inesperado factor externo, las consecuencias son cuanto menos rocambolescas, y pasado el ecuador de la cinta, con sorpresas continuas, unas más previsibles que otras, pero todas al servicio del raudo entretenimiento, condensado en apenas hora y media, cuyos últimos minutos serán los que más inquieten al público.

Todo ello juntando un escueto elenco, con un par de nombres llamativos, en una única localización para rodar este sencillo largometraje que parece haber viajado desde los años noventa para recuperar un estilo de thriller, a caballo entre la intriga y el terror, que parecía ya olvidado.

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