Tres hombres solos en un faro, cada uno con sus fantasmas, son puestos a prueba en esta cinta de terror psicológico que destaca en primer lugar por las actuaciones de su trío protagonista, con un pletórico Peter Mullan al frente, y también por una sobria y sombría ambientación enfatizada por un excelente trabajo de fotografía.

Después podemos analizar el guión más profundamente y quizás algunos comportamientos resulten un tanto incoherentes, pero todo está al servicio de plasmar del modo más tétrico posible, una leyenda escocesa a la cual vale la pena acercarse.

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