Pues nada, niños. "La comunidad" es otra masterclass de Don Álex de la Iglesia.
Como en lo que a la película se refiere poco nuevo voy a aportar a lo ya vertido, me sacaré del bolsillo un par de cosillas que me han llamado poderosamente la atención.
La primera de ellas, y creo más importante, es comprobar como "La comunidad" funciona a modo de obra complementaria de la posterior "El bar" (2017). En esta última la única vía de escape era siempre hacia abajo, y más hacia abajo. Mientras que en la primera película del bilbaíno en este siglo XXI la única vía de escape de la pobre Carmen Maura es siempre hacia arriba, y más hacia arriba. Seguro que si profundizo más en el tema le encuentro alguna doble lectura loca, o algún simbolismo extraño. O puede que no, quién sabe. Pero no me apetece ahondar.
La segunda de ellas me he ido dando cuenta, según desarrollaba lo anterior, que seguramente ya se haya dicho. Que iluso yo pensando que lo anterior soy el primero que lo aporta. Pero venga, ya puestos lo digo. Lo de que "La comunidad" inaugura lo del terror inmobiliario y tal. Va, venga. Seguro que alguien ya lo había dicho.