"Vigilados" es el episodio piloto más estimulante que he visto últimamente. Deseando ver el resto de la temporada.
No. Ahora en serio. Y sin que por ello lo anterior fuese broma. Dentro de esta era en la que estamos sufriendo a la par la serialización del cine y la cinematografización de la televisión, va y llega Dave Franco para rematar la faena. "Vigilados", su ópera prima como realizador, es un descarado episodio piloto de esos de hora y media cliffhanger incluido que, cual tontos, nos tenemos que tragar como si de una película se tratara. Algo aún más lamentable cuando ves que ni se han molestado en que pareciese cine. Pero claro, como ya nos hemos acostumbrado a jalarnos series que son obvias películas estiradas, porqué no al revés. No sé, esto ya es un sinsentido sin visos de solución.
Aparcando lo anterior la verdad es que "Vigilados" me ha dejado en plan ni frío ni calor. Indiferencia. La cinta, que empieza en los terrenos de ese survival que une amigos, sustancias equis y una cabaña en el bosque para luego derivar en otros subgéneros del terror, atrapa de primeras. Lo reconozco. Pero ahí acaba el asunto fruto de un paupérrimo y perezoso desarrollo argumental que echa por tierra lo poco seductor que pudiera tener el primer acto. Y si a nivel de guion la cinta no brilla, a nivel de dirección tres cuartos de lo mismo. Todo es muy plano. Tanto que al final hasta la descarada carga de denuncia social rechina. Dave Franco, ¿en qué momento te creíste Jordan Peele?…
Y es ahí cuando "Vigilados" llega a un confuso desenlace que, misteriosamente, genera más preguntas de las que responde. Si es que responde alguna, que lo dudo bastante. Movimiento típico de un episodio piloto que aquí no sirve para absolutamente nada.
En fin, poco más que añadir.