Tomándose un descanso en su saga de Die Hard, Bruce Willis encarna al protagonista de una trepidante cinta de acción. Con su particular humor irónico y negro nos garantiza un rato muy entretenido en el que podemos disfrutar de algunas frases cliché que se han convertido en míticas, dentro de la filmografía del actor.

El cine de acción con Willis no es una mera sucesión de peleas y palos continuos adornados con efectos especiales, sino que fundamenta en una conjunción de diálogos descacharrantes y escenas de adrelina bien ejecutadas. Es cierto que muchas escenas se encuentran faltas de credibilidad, pero todo forma parte del espectáculo típico de este género. Por otra parte, el protagonista está bien asistido y complementado con un secundario que refuerza las situaciones sarcásticas.

Con esta película podemos decir que se consolidó un perfil de personaje definido en las dos primeras cintas de la Jungla de cristal, pero que en la presente obra se explota al máximo con unos resultados muy buenos. Recomendada para los que les gusta el cine de acción en general y el humor de indirectas.