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España España · Tenerife
Voto de SantiJLD:
10
Drama Un samurái pide permiso para practicarse el Seppuku (o Harakiri), ceremonia durante la cual se quitará la vida abriéndose el estómago al tiempo que otro samurái lo decapitará. Solicita también poder contar la historia que le ha llevado a tomar tan trágica decisión. (FILMAFFINITY)
3 de mayo de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parecía imposible que el señor Kobayashi fuese capaz de superar lo hecho con la trilogía de La condición humana. Pero así lo hizo tan solo un año después de publicar la última parte de la mencionada trilogía, cuando vio la luz, en 1962, Harakiri. La película nos cuenta la historia de Tsugumo, interpretado por un genial Tatsuya Nakadai, que pide permiso para practicarse el harakiri y además pide que le dejen contar la historia que lo ha llevado hasta allí. Una historia que en un principio parecía plausible y armoniosa se desata a la media hora de la película para contar un historia teñida de la venganza más inteligente que ha podido dar el cine en sus años de historia. Y es que no hace falta engañarnos, el guión podría estar perfectamente entre lo mejor que se ha escrito para el Séptimo Arte, y todo ello debido a unos cambios argumentales impresionantes, una historia original a la vez que la forma de contarla y un poder para criticar jamás antes visto hasta la publicación de Harakiri, haciendo meña del sistema feudal, de los políticos o de lo patético que es eso a lo que llamamos ``honor´´ o ``reconocimiento´´.

Los personajes están bien profundizados y no se establecen ningún cliché e incluso los actores japoneses lo hacen bastante bien, sobre todo un genial Tatsuya Nakadai en el papel de protagonista, Rentaro Mikuni o Akira Ishihama. Sin embargo, la actriz Shima Iwashita, que hace de hija del protagonista, se excede en un momento de su papel, presentándonos una bonita sobreactuación.

La fotografía es de gran factura, los planos no han envejecido y al aprovechamiento de las luces y sobras y del movimiento ha sido llevado al límite en una película hecha al 100% en blanco y negro, lo que da ciertas ventajas pero también produce ciertas desventajas. De todas maneras el uso de una cámara sin color se debe más a una cuestión de presupuesto del país que a una petición del propio director.

Algunos efectos usados para la película se notan envejecidos, como viene siendo normal, sobre todo en una industria que hoy en día esta muy desarrollada. La escena final se podría haber acortado y haberla convertido en algo menos fantasiosa lo que hubiese ahorrado el usar efectos que hacen envejecer más a la película con los años que pasan. La banda sonora, inspirada en la del siglo XVII en Japón, logra ambientar mejor la película y en general es correcta.

Para resumir, y para no extenderme más, Harakiri es una película a tener en cuenta, no solo por su historia, sino porque hizo cosas que ni en Hollywood pudieron hacer a pesar de tener más recursos. Un filme difícil de superar, incluso por Akira Kurosawa. Obligatoria.
SantiJLD
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