Media votos
6,4
Votos
1.031
Críticas
24
Listas
1
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de remay:
6
7,2
2.431
Cine negro. Drama. Intriga
Cuando descubre el cuerpo sin vida del amante de su hija, Lucia Harper decide esconderlo porque sospecha que la autora del crimen es su propia hija. (FILMAFFINITY)
3 de mayo de 2023
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conocida película de Max Ophüls, The Reckless Moment (Almas Desnudas, 1949) está bien hecha, pero el guión de Henry Garson adolece de varias inconsistencias que le restan rigor, y por lo tanto calidad, a este relato de cine negro localizado en la isla de Balboa, zona residencial situada al sur de Los Angeles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La trama es bastante sencilla: Lucía Harper (Joan Bennett), una americana tradicional de moral estricta, desaprueba el romance de su joven hija Bea con un hombre maduro de modales reprobables, Ted Darby, que no duda en reclamar dinero para poner fin a la relación. A raíz de este chantaje, Bea y Ted se enzarzan en una violenta pelea, y la chica escapa cuando su novio se cae al vacío, sin darse cuenta de que este se ha matado al estrellarse sobre un ancla. Al día siguiente, la madre descubre el cuerpo en la playa y, sospechando que Bea es la autora del crimen, decide deshacerse de él, llevándolo en lancha hasta una playa vecina.
Poco después, se presenta en su casa Martin Donnelly (James Mason), un chantajista bajo las órdenes de su complice Nagel. Mostrándole un fajo de cartas de amor de Bea dirigidas a Ted, pretende sonsacarle dinero para que estas no se vuelvan públicas. Desesperada (su marido se halla en Europa en viaje de negocios), Lucía acepta pagar la cantidad exigida a pesar de no disponer de tal suma.
He aquí las principales inconsistencias que se pueden detectar en este guión de escaso rigor:
- Extrañamente, Lucía toma la decisión de transportar el cuerpo de Ted sin tomar precaución alguna y a plena luz del día, de modo que varios testigos la ven.
- Sin embargo, el mayor fallo de la trama radica en una apuesta arriesgada: el chantajista Donnelly , del que poco o nada se sabe, experimenta una metamorfosis tan brusca y radical ante Lucía, de la cual se enamora, que resulta enseguida burda, inverosímil y desacertada. ¡No se puede tomar en serio a un chantanjista tan blandengue y enamoradizo!
- Además, los intercambios entre Lucía y Donnelly no son precisamente los que cabría espera entre una víctima angustiada y su chantajista: haciendo gala de una complicidad infundada, abordan temas íntimos que no vienen a cuento en el contexto de este thriller.
- Por último, el desenlace chapucero de esta cinta de apenas 80 minutos facilita la aparición de un final feliz, por muy artificioso que parezca: en un acto de contricción, Donnelly decide cargar con la muerte de Ted, pero se pelea con su cómplice Nagel y lo mata.
Así las cosas, el honor de la familia Harper sale bien parado, como si nada hubiera pasado...
Poco después, se presenta en su casa Martin Donnelly (James Mason), un chantajista bajo las órdenes de su complice Nagel. Mostrándole un fajo de cartas de amor de Bea dirigidas a Ted, pretende sonsacarle dinero para que estas no se vuelvan públicas. Desesperada (su marido se halla en Europa en viaje de negocios), Lucía acepta pagar la cantidad exigida a pesar de no disponer de tal suma.
He aquí las principales inconsistencias que se pueden detectar en este guión de escaso rigor:
- Extrañamente, Lucía toma la decisión de transportar el cuerpo de Ted sin tomar precaución alguna y a plena luz del día, de modo que varios testigos la ven.
- Sin embargo, el mayor fallo de la trama radica en una apuesta arriesgada: el chantajista Donnelly , del que poco o nada se sabe, experimenta una metamorfosis tan brusca y radical ante Lucía, de la cual se enamora, que resulta enseguida burda, inverosímil y desacertada. ¡No se puede tomar en serio a un chantanjista tan blandengue y enamoradizo!
- Además, los intercambios entre Lucía y Donnelly no son precisamente los que cabría espera entre una víctima angustiada y su chantajista: haciendo gala de una complicidad infundada, abordan temas íntimos que no vienen a cuento en el contexto de este thriller.
- Por último, el desenlace chapucero de esta cinta de apenas 80 minutos facilita la aparición de un final feliz, por muy artificioso que parezca: en un acto de contricción, Donnelly decide cargar con la muerte de Ted, pero se pelea con su cómplice Nagel y lo mata.
Así las cosas, el honor de la familia Harper sale bien parado, como si nada hubiera pasado...