Muy probablemente sea uno de los personajes literarios con mayor número de adaptaciones al cine y la televisión. Acercamientos a un mito, creado por el autor irlandés Bram Stoker, pero también basados en la terrorífica (y casi desconocida) figura de Vlad Tepes. El también llamado príncipe de Valaquia ha vivido grandes momentos en la pantalla, en contraposición de otros muchos más sonrojantes. La película que nos ocupa, formaría parte de este segundo grupo.
La Universal al carecer de una franquicia de superhéroes, ha sacado del baúl de los recuerdos al vampiro más popular, buscando sus orígenes desde el punto de vista histórico. Pero nada más lejos de la realidad.
El arranque es prometedor, Vlad se ve obligado a rendir pleitesía al invasor turco, mientras ve como su población de inocentes niños son enviados para formar parte de sus fuerzas de ataque. Para ello, siguiendo la pista de unas muertes extrañas llegará a conocer a un vampiro “original” que le otorgará unas habilidades extraordinarias.
Y es a partir de este punto, cuando el personaje se convierte en un superhéroe con todas las de la ley. Medio humano y medio vampiro adquiere poderes sobrenaturales, capaz de aniquilar ejércitos enteros y transmutarse en una bandada de murciélagos, como el que no quiere la cosa.
Tiene un poco de “Batman Begins”, y su fachada parece sacada de “Thor”, e incluso sus poderes recuerdan inexorablemente a “Superman”, con kryptonita incluida. Junto con una personalidad humana que convierte al príncipe, en un “empalado arrepentido” y torturado.
Cualquier espectador con algo de experiencia en esto de los chupasangres va a presenciar la película con una sensación de absurdez casi constante. Y ya ni os cuento si nos acercamos a los sucesos históricos reales, de los que obvia por completo a lo largo de toda de la trama.
Luke Evans es un actor discreto, sin excesivo carisma. Un intérprete demasiado afable y con pocas posibilidades de hacernos creer su pasado oscuro y sus trastornada existencia.
Y lo que más aterra de todo ello, es la intención de Universal de crear una saga donde los monstruos de toda la vida, se unirán en una serie de aventuras a modo de “Los vengadores del mundo sobrenatural”. Ya me imagino a un hombre-lobo como “Hulk”, y a un Frankenstein como Tony Stark.
Si creíais que con “Van Helsing” de Stephen Sommers, Drácula no había sido violado contundentemente, esperad a ver este nuevo acercamiento. Os hará buscar desesperadamente, los cinco primeros (y magistrales) minutos, de la película de Francis Ford Coppola. Una de las introducciones más enérgicas de los años noventa, y todavía por superar por los cineastas actuales.
No me extraña que sea “la leyenda jamás contada”, no necesitábamos ni conocerla.