Tan sólo he visto 2 películas de Nadine Labaki (la que nos ocupa y Caramel -2007-) y francamente, me encanta como dirige. Es cierto que su cine va muy dirigido a ganar premios en festivales de renombre, pero en mi opinión, los merece.

Lo desarrollo más: los planos cenitales de los tejados o los aéreos que muestran Beirut, me parecen espectaculares y me recuerdan a “Slumdog Millionaire” (Danny Boyle, 2008). De hecho, critican a la Labaki por haber replicado esta película haciendo “pornomiseria” de su país (Phillip Engel de Fotogramas). No me parece tan así, pero sí recordé la película de Danny Boyle en algún momento.

La realidad casi documental del joven Zain va directa al corazón y, cuando lo toca, sigue apretando. Seguramente esa tormenta continua de desgracias hace que a algunas personas les sobren 30 minutos de metraje. No ha sido así en mi caso, pero entiendo perfectamente que pueda pasar.

Me ha parecido una magnífica crítica a las tradiciones de su país. Como curiosidad, decir que el hecho de que la propia Labaki actúe como abogada de Zain, fue criticado ya que se consideró que se posicionaba frente a las tradiciones libanesas…. A mi no me parece que oculte su posicionamiento en ningún momento del film, la verdad.

Y por último, me resulta buena la banda sonora de KHALED MOUZANAR, por cierto, esposo de la Labaki.