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Voto de Santiago López:
8
Thriller. Intriga. Drama Irán, año 1979. Cuando la embajada de los Estados Unidos en Teherán es ocupada por seguidores del Ayatolá Jomeini para pedir la extradición del Sha de Persia, la CIA y el gobierno canadiense organizaron una operación para rescatar a seis diplomáticos estadounidenses que se habían refugiado en la casa del embajador de Canadá. Con este fin se recurrió a un experto en rescatar rehenes y se preparó el escenario para el rodaje de una ... [+]
1 de diciembre de 2012
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Debo decir que tanto Gone Baby Gone como The Town, los anteriores filmes como realizador de Ben Affleck, me han resultado buenos. Ambos tienen una buena mezcla de intriga, suspenso y dramatismo, y se apoyan en elencos con buenas interpretaciones y correctos guiones. Bueno, en el caso de Argo, lo que ofrece en su propuesta es todo lo dicho anteriormente pero al doble de lo esperado. Es una notable cinta. Y es notable porque en su historia hay todo -o casi todo- lo que esos buenos thrillers ochentosos poseían, cuando eran buenos y eran ochentosos.
Argo resume y mezcla géneros, y los condensa a partir del guión adaptado de Chris Terrio sobre los hechos reales acaecidos en Iran a fines de los 70, y que involucraron de manera diplomática a la CIA, la embajada de Canadá y el gobierno de los Estados Unidos.
Podría decirse que es un thriller político sofisticado y estimulante, cuando interpreta el accionar de los institutos gubernamentales. Pero también podría ser una especie de satirización de la febril industria hollywoodense, y lo que eso significa tanto para el propio mercado bursátil del propio Hollywood a la hora de llevar a cabo el rodaje de una película falsa, como para el propio y perplejo pueblo iraní, mediante el uso de un humor gráfico, sutil y crítico. Y a lo mejor es el drama colectivo que sienten los seis refugiados, pero es al mismo tiempo el drama personal de Tony Méndez de poder concretar su misión adjudicada y sentirse bien consigo mismo. Argo puede ser muchas cosas, pero quizás representa algo no menos importante: la madurez de Affleck en el ojo de la cámara. Aquí la historia se cuenta con soltura y responsabilidad narrativa. No es muy compleja, pero se obsesiona con la originalidad y la búsqueda que significa entretener a la vez que experimentar. Affleck tiene en sus manos el disfrutable trabajo de Terrio en la historia, y lo plasma de forma aguerrida en pantalla.
Y aunque Affleck también actúa, pues termina opacado por los dos veteranos secundarios del filme: un soberano y brillante Alan Arkin y un destacable desempeño del algo entrañable John Goodman. Ambos se adueñan de sus personajes con solvencia y desparpajo.
Si bien podría acusársele un final con un toque algo discursivo y heróico, Argo posee todo lo que el público medio busca y necesita ver: una historia con ingenio en sus letras, diálogos y escenas, y varios porqués sinceramente imbatibles en su concepción y convicción. Altamente disfrutable.
Santiago López
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