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Voto de Makkarian:
7
7,3
11.469
Intriga. Cine negro
Areta, un antiguo policía que trabaja como detective, recibe el encargo de encontrar a la hija de un empresario de Ponferrada. Gracias al novio, averigua que la chica estaba embarazada y huyó de casa. A partir de ese momento, empieza a sufrir todo tipo de presiones para que abandone el caso, pero Areta seguirá investigando hasta el final. (FILMAFFINITY)
11 de junio de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una envidia sana, en cualquier caso, es lo que ha llevado a Garci a hacer esta película, homenaje inequívoco al cine noir de Hollywood.
La virtud del director ha sido saber traducir todas esas claves que hacen del género lo que es a nuestra cultura (española): el póker por el mus, el whisky por el coñac (que sí, que es francés pero nos hace la sobremesa) o un vino de mesa, el jazz por un maravilloso solo de piano con un toque más cañí,… Toda la cinta está llena de detalles. Y aun así, conseguir mantener el armazón con unos diálogos y unos personajes con mucho carisma: un ayudante, apodado “El moro”, que es un charlatán y un reformado chorizo, un barbero que se pavonea de haber vivido en Brooklyn, de ser amigo del mismo Rocky “Marciano”, son dos ejemplos de un elenco perfectamente ideado.
La virtud del director ha sido saber traducir todas esas claves que hacen del género lo que es a nuestra cultura (española): el póker por el mus, el whisky por el coñac (que sí, que es francés pero nos hace la sobremesa) o un vino de mesa, el jazz por un maravilloso solo de piano con un toque más cañí,… Toda la cinta está llena de detalles. Y aun así, conseguir mantener el armazón con unos diálogos y unos personajes con mucho carisma: un ayudante, apodado “El moro”, que es un charlatán y un reformado chorizo, un barbero que se pavonea de haber vivido en Brooklyn, de ser amigo del mismo Rocky “Marciano”, son dos ejemplos de un elenco perfectamente ideado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Hacía el final de la película el homenaje se fuerza en exceso. Dándose, a mi parecer, el realizador el capricho de filmar en la gran manzana, en el mismo NY. Y no lo digo porque no me gusté; me encanta que Garci pueda dejar de traducir, y aunque sea por unos veinte minutos escasos, la trama se sitúe en el verdadero centro del cine de detectives y el homenaje se haga completo.
El problema surge de que para ello se ve forzado a: cambiar el ritmo de la cinta, se vuelve apresurado, se pierde un poco la tensión dramática, “El guapo” lleva una bomba que nunca conseguiría pasar ningún aeropuerto, por muy bueno que sea el “Tuerto”, ¿de dónde saca la pistola “el piojo”?,… Sobre todo porque no había necesidad, porque la trama podría haber ocurrido entera en Madrid y todas esas minucias se hubiesen solucionado solas.
Y otro pequeño problema es el coche bomba. Una escena de muchísima fuerza que no me esperaba y me hizo contener el aliento. Pero que, pasado el rato, me hizo despegarme de la pelí; porque una bomba, cerca de un colegio, en pleno Madrid, es imposible que no sea investigada por la policía por muy poderoso que sea el autor. Sobre todo en los 80, con ETA en activo. Entiendo que, pese al tono realista de la película, se ha querido jugar con las reglas de las pelis americanas, donde la violencia queda fuera de los límites de la realidad, y ocurre sin más consecuencias que las que vemos con nuestros propios ojos.
El problema surge de que para ello se ve forzado a: cambiar el ritmo de la cinta, se vuelve apresurado, se pierde un poco la tensión dramática, “El guapo” lleva una bomba que nunca conseguiría pasar ningún aeropuerto, por muy bueno que sea el “Tuerto”, ¿de dónde saca la pistola “el piojo”?,… Sobre todo porque no había necesidad, porque la trama podría haber ocurrido entera en Madrid y todas esas minucias se hubiesen solucionado solas.
Y otro pequeño problema es el coche bomba. Una escena de muchísima fuerza que no me esperaba y me hizo contener el aliento. Pero que, pasado el rato, me hizo despegarme de la pelí; porque una bomba, cerca de un colegio, en pleno Madrid, es imposible que no sea investigada por la policía por muy poderoso que sea el autor. Sobre todo en los 80, con ETA en activo. Entiendo que, pese al tono realista de la película, se ha querido jugar con las reglas de las pelis americanas, donde la violencia queda fuera de los límites de la realidad, y ocurre sin más consecuencias que las que vemos con nuestros propios ojos.