Demasiados sentimientos enfrentados en una película inesperada. Prácticamente la totalidad de la película me gustó, pero la resolución de la misma es tan estúpida que decir que te ha gustado da demasiada vergüenza. No me refiero a que el final sea malo (aunque está demasiado explicado y ya parece que te trata por tonto), me refiero a que está más o menos bien presentado pero lo que cuenta es tan estúpido que acabas confundido.

Eric McCormack es un ejemplo de actuación prodigiosa en una película de estas características. A veces ya me planteaba si es que simplemente todos los actores actuaban así en estas películas porque son de esa manera sin más, pero Eric McCormack demuestra que se puede hacer una película de este género con un clásico padre que intenta dar lo mejor para sus hijos sin resultar pedante ni ñoño. Hasta está gracioso en su papel de padre torpón. Los niños en cambio mejorables (sobre todo su forma de toser, vaya).

Pero el verdadero artífice junto a Eric McCornack es Andrew Currie, por hacer una película en la que no pasa nada pero te mantiene en tensión un buen rato. Te puedes oler muchas cosas, porque las deja caer demasiadas veces, pero tiene bastante arte para meter a la familia en esa cabaña llena de nieve y que la tensión dure casi toda la película. No te dejes engañar por los primeros sustos fáciles y estúpidos porque la ambientación es lo que realmente hace de Barricade una película como mínimo diferente.

Si a todo esto le sumamos que no estamos ante una superproducción nos damos cuenta de que Barricade es mucho mejor de lo que parece, o por lo menos mejor de lo que parecía al principio.