Dark Shadows es el arma perfecta para que los que llevan años criticándole puedan esgrimirla en sus argumentos. Yo no estaré ahí para defenderla esta vez. No me considero un fan a muerte de Tim Burton, pero todas sus películas me gustan, y algunas en concreto me encantan. La combinación Depp-Burton (y otras estrellas del celuloide) ha dado tantas veces resultado que era impensable no tropezar en alguna de las producciones del original director. En Dark Shadows llegó la hora.

La mejor noticia es que esta película mediocre se esperaba mucho antes. De hecho, yo recuerdo ponerme a ver Sweeney Todd con muy poca fe en ella, pensando que sería esa película que actuara como un punto de inflexión en la carrera del director. No fue así y me encontré cona una sensacional película (no tan buen musical). Me gustó tanto que hasta llegué a creer que esa película donde todo se trastocara no llegaría nunca.

Luego llegó su Alice y me horrorizó, pero lo achaqué a algo puntual sin más. Lo de Dark Shadows en cambio es un despropósito demasiado grande. Sin embargo, tengo la seguridad de que Burton tiene mucho que decir todavía y que esto es, como dije, una inflexión, un titubeo. No creo que no vuelva a alcanzar un nivel muy bueno, o por lo menos uno donde sus admiradores estén contentos.

La culpa de todo también la tiene el hecho de que la película ya fuera la leche sin haber salido. Con esto me refiero a la cantidad de aficionados que tenía en todas las redes sociales compartiendo imágenes y escenas y elevándola a una película salvadora de la humanidad cuando ni se había estrenado. Una vez lo hizo, toda esa admiración se tornó en silencio.

Dark Shadows es una película muy sosa. Probablemente la peor de Tim Burton. Unas dos horas donde lo único salvable se puede resumir en unos diez minutos. Un montón de chistes y gracias sobre un Drácula en la era moderna que parecen hechos por un aficionado y un ritmo absurdamente lento y sin chicha. Una historia que se ve venir, sin sorpresa alguna, con ese final en plan La Guerra de los Rose con la bruja con piel de cáscara de huevo cocido. Incluso un poco inspirado personaje principal para lo que se esperaba, tanto por parte de actuación como por parte de guión. Esto mismo lo filman los Zucker y no llega al 4 de puntuación media.

Es probable que Tim Burton necesite cambiar de aires, incluso cambiar de actores fetiche, cosa que nunca va a ocurrir. Lo cierto es que de alguna manera cansa ver ya a Johnny Depp en pantalla bajo la dirección de Burton. O quizá cansar no sea el verbo adecuado porque se nota la química, pero hay ganas de ver algo diferente. Que tenga el sello Burton, sí, pero que sea algo diferente.