*Motor principal y secundario

Si bien la idea principal de Al abordaje puede no ser demasiado atractiva por su repetido uso, nos adentramos con facilidad en este viaje. Esto se debe a la gracia de unos personajes que, desde el espacio reducido de un coche, irán desarrollando una amistad siempre agradable de visionar.

Respecto a la historia vertebradora de Al abordaje, no es el mayor de sus aciertos, siendo la relación de Félix y Alma una de las que menos llega a explorar en profundidad su potencial. Sin embargo, Guillaume Brac parece acertar en no conceder un excesivo peso a la misma. Deja espacio para relaciones “secundarias” que acaban por tomar control de la pantalla cuando aparecen. Ejemplo de esto sería el desarrollo de los personajes de Édouard y Chérif. Este último domina buena parte del metraje con su relación con Hélène y su hija, y son estos momentos los más enternecedores de la película.

*Ambientación

Resulta francamente natural el movimiento de los personajes en el pueblo y esto, que puede confundirse sólo con una correcta elección de localización, es mucho más que eso. Se consigue transmitir en todo momento esa sensación estival, la libertad alejada de obligaciones laborales, la predisposición a conformar planes no tratados previamente y vivir momentos alejados de un horario restrictivo. Toda esta ambientación es la que rodea el tono de la comedia y establece con las tramas una relación de sinergia que las potencia.

*Oasis de calma

Uno de los puntos que se debe destacar, a pesar de ir unido a la ambientación antes mencionada, es la capacidad de Guillaume Brac de mostrar tanto de la naturaleza humana con unos planos que recuerdan (como otros de su filmografía) a Eric Rohmer. Son esos momentos donde no parece suceder nada relevante, en los que los personajes descansan, ven un espectáculo para niños, disfrutan de un karaoke, o tan solo miran el paisaje, donde Brac consigue elevar la película y diferenciarse de las demás comedias veraniegas para trascender.

Llega a formar verdaderos oasis de calma en los que los personajes se zambullen con toda naturalidad. En ese sentido cabe hacer la comparación con la española Los exiliados románticos, siendo Jonás Trueba otro ejemplo de buen cine emparentado con Rohmer.

*Conclusión

El director firma en Al abordaje una comedia que, si bien no sorprende por su argumento, consigue crear auténticos momentos de realidad. Son estas piezas las que consiguen elevar el conjunto por encima de la media. En definitiva, Guillaume Brac sale airoso de una trama que podría haber caído en la repetición y el sopor veraniego.

Escrito por Carlos Moreno Latorre