Personalmente, una serie que prometía al principio y que se sostiene medianamente bien en su primera temporada.
El típico asesino en serie que, aparentemente, va disfrazado del vulgar padre de familia, tratando de zafarse repetidamente de una superintendente de la policía obsesionada con él.

La segunda temporada, simplemente, llana y soporífera. Planos interminables, diálogos continuos, repetidos y sin sentido, etc. Amén del excesivo "llenado" de primeros planos de la protagonista.

Tras la primera temporada, tuve la sensación de haber visto "algo" similar a un capítulo de Mentes Criminales, pero alargado como un chicle hasta las cuatro horas y media de metraje.

La segunda temporada es como coger ese mismo chicle y alargarlo inútilmente durante varias horas.
Tras ver las dos primeras, ya ni me quedó ganas de ver la tercera porque es que no veo argumento posible por donde cogerla.