Entiendo que a un médico le rechinen las actuaciones de House, pero por dios, es una serie, por lo demás muy bien hecha, y nada más. El actor principal tiene carisma, no hay duda, aunque si fuera algo más sobrio estaría mejor (quiero decir que para mi gusto exagera un poco a veces, es demasiado consciente en todo momento de ser la estrella). Pero claro, eso también le quitaría el punto infantil y payaso, que tiene su gracia, así que dejémoslo; está bien como está. A estas alturas House ya es casi un personaje mítico. También un gilipollas integral y un cabrón con pintas, pero nosotros vamos a seguir viéndole, porque por encima de todo eso, lo que atrae de él es la inteligencia y la ausencia de "decoro" social (que unido a aquella le da ese sarcasmo brutal que tanto nos hace reír, y la sinceridad cruel que nos regocija).