Probablemente las películas postapocalípticas han sido lo más acertado del cine fantástico y de terror que gracias a nuestros desmanes, nos enfrenta contra terribles plagas y pandemias de las cuales es casi imposible salir; zombis, extraterrestres, virus letales, contaminación y mutaciones diversas, nos hacen la existencia un poco más difícil aunque el festín que se dan los infectados bichos, solo es equiparable al que se pega el público viéndolo cómodamente desde su butaca.

UN LUGAR TRANQUILO es una inteligente película de miedo de autor que posee algunos momentos, tremendamente hermosos y poéticos que no había visto desde esa otra extraña maravilla del género que es LLEGA DE NOCHE. Lamentablemente, éste trabajo de John Krasinski, que además interpreta la cinta junto a su mujer en la vida real Emily Blunt, no aguanta el tipo hasta el final y recurre, en demasiadas ocasiones, al recurso del susto fácil y el terror con el bicho de turno, lo cual destruye la historia que tan bien queda cuando retrata a la familia y su lucha diaria por la pura supervivencia. Un final ridículamente absurdo deja un regusto enormemente amargo a posible secuela o franquicia.

Con sus defectos, que los tiene, es una película muy interesante, entretenida y que me ha gustado mucho en su planteamiento con su silencio atronador como eje sobre el que se construye la trama, una trama que se malogra en ocasiones porque parece que el director no se atreve a llevar la apuesta hasta sus últimas consecuencias pero que posee algunas de las más perturbadoras y hermosas imágenes del cine de terror actual.