No puedo empezar sin hablar del director, no soy yo si no lo hago. Dirige Javier Fesser, que si ya le conocéis perfecto, y si no le conocéis, en realidad sí que le conocéis, refiriéndome a que lo más probable es que os suene ‘Campeones’, la cual fue la película española evento del año 2018, arrasando en prensa, público y taquilla. Sin contar con los Goya. Ese es el ejemplo más cercano que la mayoría podéis tener de la buena mano del director, el cual es un señor… Iba a decir muy comiquero, pero en realidad más bien de tebeo, por así decirlo. Me refiero a que es muy fan de las historietas, pero a la española, de ahí que haya hecho películas como los son ‘La gran aventura de Mortadelo y Filemon’ del 2003 o ‘Mortadelo y Filemon contra Jimmy el cachondo’, del 2014. Tomáosla como queráis esta información. No olvidemos tampoco ‘El milagro de P. Tinto’, su opera prima, ni tampoco ‘Camino’, estrenada en 2008 y siendo su único largometraje que no es comedia, sino un drama más puro. Todas suelen gustar bastante tanto al público como a la crítica. Sí, hasta las de Mortadelo y Filemón, aunque cueste creerlo.

Este rollo lo meto para establecer una, aparte de para que le reconozcáis por alguna y sepáis a quién os enfrentáis. Quiero establecer que es un director de aquí, y muy de aquí, aún sin resultar para nada cliché. Me refiero a que últimamente el cine Europeo (el cual incluye al español, vaya) estaba mostrando tendencia a la americanización del mismo, porque es lo que vende. Antes los gringos nos tenían como maestros, y ahora nosotros solo queremos hacer guita como ellos. Un ejemplo de esto es ‘La isla mínima’, sin ir más lejos, de aquí, casera, del 2014. Que ya sin hablar de esta en concreto, es fácil obtener resultados un tanto cutres cuando lo intentamos. Pero Fesser está bien lejos de esto, como digo, un cineasta muy de aquí que nos trae una película muy de su cineasta y así es como se mejor se siente esta historia, o más bien historias.

La película no nos engaña, tiene un título bastante descriptivo. Nos presenta historias bastante lamentables a la par que plausibles. Lamentables por lo que pasa en ellas, y plausibles por cómo pasa, tiene un apartado técnico muy cuidado, y es bastante divertida. No digo que os vayáis a rular de risa del sofá, pero no os vais a quedar aburridos ni indiferentes frente a las desgracias que acontecen a los protagonistas de cada historia, aparentemente inconexas, luego ya veremos si es así o no. Y es que si esta película es divertida es porque los humanos como raza, por norma general, somos chusma, somos unos canallas sinvergüenza, gentuza. ¿Por qué esté ataque tan gratuito hacia toda la raza, a toda la humanidad que os incluye tanto a vosotros como a mí? Porque tendemos a alegrarnos al ver que alguien ajeno a nosotros está teniendo un día aún más de perros que el nuestro. Quizás no a alegrarnos, pero en cierta media, y dependiendo del caso, sentimos un alivio. De ahí que admitan en programas como Got Talent a gente sin ningún talento para que hagan el ridículo públicamente, y así que las personas que lleguen cansadas de su mediocre curro puedan decir, “He tenido un mal día, pero por lo menos no soy ese tío”. Sin embargo, aquí no hay elementos moralizantes, por lo que sí o sí tenemos que esbozar una sonrisa. No solo porque nuestro cerebro es consciente de que es solo ficción y que no está mal que nos lo pasemos bien con ello, sino porque está tan fuertemente exagerada cada situación (dentro de unos límites para que no sea fantástico ningún acontecimiento), que es imposible tomarse nada en serio. Hay unos cuantos por ahí que dicen que todas las historias podían pasar en la vida real, aunque yo creo que a esas personas habría que darles dos mecos, porque la de “La excusa”… Lo siento, pero no. No es fantástica, pero quiero pensar que la realidad tiene unos límites. Pero también hay un problema con esto, y es que el desapego emocional que nos permite tomarnos las cosas con humor, puede tornarse en desapego general. No debería ser el caso, pero puede pasar, y lo comprendo. No hay esa conexión que había con el filme que estábamos viendo cuando fuimos a las salas a ver Campeones.

Ya hablando un poco más técnico, diré que no tengo queja en cuanto al apartado visual, todo lo que nos muestra está muy bien puesto en imágenes, mezcla humor tanto visual como dialogado, más negro y más blanco y las actuaciones hacen sus labor excelentemente. No tenemos caras increíblemente conocidas, aunque sí que la mayoría os deberían sonar de algo. Recupera a tres actores del elenco de campeones, de hecho, una de ellas es Gloria Ramos, que está excelente aquí, ojalá verla más a menudo en películas (a ver si encontráis a los otros dos campeones), pero en realidad están todos de rechupete con unos personajes muy bien definidos por su acciones. Pasando al apartado contrario, por así decirlo, el sonido, ni destaca ni desentona, a no ser que hablemos de la música, la cual no solo en ocasiones desentona, sino que se repite más de lo necesario, resulta cansina de cara al final, y estás deseando que deje de sonar lo antes posible, no pega ni con cola, y esto no está hecho precisamente a posta. Y la última y gran pega que tengo es, no que sienta que se podría haber hecho mejor, sino que podía haber sido más. Al final, estamos hablando de una película sin pretensiones, que para mi gusto se queda algo vacía, algo vacua, y acaba siendo el entretenimiento por el entretenimiento. No tengo nada en contra de esta clase de cine, excepto que abunda mucho más que el del arte por el arte, pero creo que se le podría haber dado una capa extra de profundidad, podría haber tenido más subtexto, como su similar Relatos Salvajes, una de las películas santo y seña del maravilloso cine argentino, la cual no solo resultaba mucho más entretenida, sino que tenía mucho más que decirnos.