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Voto de melliug:
80.352
Drama
Un importante magnate estadounidense, Charles Foster Kane, dueño de una importante cadena de periódicos, de una red de emisoras, de dos sindicatos y de una inimaginable colección de obras de arte, muere en Xanadú, su fabuloso castillo de estilo oriental. La última palabra que pronuncia antes de expirar, ”Rosebud”, cuyo significado es un enigma, despierta una enorme curiosidad tanto en la prensa como entre la población. Así, un grupo de ... [+]
4 de setiembre de 2012
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ciudadano Kane es considerado uno de los mejores largometrajes de todos los tiempos por la crítica. Venerado por cualquier entendido en el séptimo arte, ha estado copando la lista de “las mejores películas de la historia” de la prestigiosa revista Sight & Sound durante 50 años, siendo recientemente desbancada por Vértigo, de Alfred Hitchcock.
Así que con semejante carta de presentación, cierto día me senté en el sofá preparado para ver la “mejor obra cinematográfica de todos los tiempos”, para ver "arte en estado puro", para ver "CINE" en mayúsculas. Tantos críticos y expertos en este ámbito no podían estar equivocados… ¿o sí?
Tras 119 minutos de largometraje esperando ver si el arte se asomaba por algún rincón llegó el mejor momento de la película, el final. Lo que había visto no era la mejor película de todos los tiempos, ni la segunda, como se le considera actualmente. Ni siquiera era una buena película a mi parecer. Ciudadano Kane, bajo mi humilde punto de vista, es profundamente aburrida, tediosa, soporífera hasta más no poder. Lo peor de ella son los 119 minutos iniciales y lo mejor los créditos finales. El mero hecho de plantearme verla de nuevo resulta un verdadero suplicio.
Estoy convencido que a nivel técnico representó probablemente un antes y un después en el mundo del cine. Pero mi objetivo cuando entro en "la sala oscura" no es valorar si técnicamente me encuentro ante una maravilla o una bazofia. Mi máxima al ver una película es disfrutar, interesarme por el argumento que se me está contando, emocionarme con las peripecias de los protagonistas, empatizar con sus aventuras y desventuras. Es cierto que las grandes películas deben cuidar minuciosamente ambos aspectos, pero considero que cualquier historia que se considere buena debe transmitir, y lo único que me transmitió Ciudadano Kane fue el continuo deseo de levantarme y no terminarla.
En definitiva, no sé si soy un borrego, un ignorante, un paleto o un valiente pero estoy orgulloso de poder afirmar que no me gusta Ciudadano Kane, y no voy a contribuir a su más que sobrevalorada media.
Así que con semejante carta de presentación, cierto día me senté en el sofá preparado para ver la “mejor obra cinematográfica de todos los tiempos”, para ver "arte en estado puro", para ver "CINE" en mayúsculas. Tantos críticos y expertos en este ámbito no podían estar equivocados… ¿o sí?
Tras 119 minutos de largometraje esperando ver si el arte se asomaba por algún rincón llegó el mejor momento de la película, el final. Lo que había visto no era la mejor película de todos los tiempos, ni la segunda, como se le considera actualmente. Ni siquiera era una buena película a mi parecer. Ciudadano Kane, bajo mi humilde punto de vista, es profundamente aburrida, tediosa, soporífera hasta más no poder. Lo peor de ella son los 119 minutos iniciales y lo mejor los créditos finales. El mero hecho de plantearme verla de nuevo resulta un verdadero suplicio.
Estoy convencido que a nivel técnico representó probablemente un antes y un después en el mundo del cine. Pero mi objetivo cuando entro en "la sala oscura" no es valorar si técnicamente me encuentro ante una maravilla o una bazofia. Mi máxima al ver una película es disfrutar, interesarme por el argumento que se me está contando, emocionarme con las peripecias de los protagonistas, empatizar con sus aventuras y desventuras. Es cierto que las grandes películas deben cuidar minuciosamente ambos aspectos, pero considero que cualquier historia que se considere buena debe transmitir, y lo único que me transmitió Ciudadano Kane fue el continuo deseo de levantarme y no terminarla.
En definitiva, no sé si soy un borrego, un ignorante, un paleto o un valiente pero estoy orgulloso de poder afirmar que no me gusta Ciudadano Kane, y no voy a contribuir a su más que sobrevalorada media.
