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Voto de Travis Bickle:
6
Drama. Comedia Ambientada en Los Ángeles durante los años 20, cuenta una historia de ambición y excesos desmesurados que recorre la ascensión y caída de múltiples personajes durante una época de desenfrenada decadencia y depravación en los albores de Hollywood.
20 de enero de 2023
110 de 155 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde la primera vez que vi el tráiler de Babylon la cosa no me dio buena vibración más allá de alguna ligera sorpresa: ¡Maguire ha vuelto! No tenía pensado ir al cine a verla, pero tengo un hermano experto en ganar concursos de preestrenos y por tanto queda feo decir “no” a una invitación. Efectivamente, Babylon es la peor película hasta la fecha de Damien Chazelle.

Creo… pienso… que Chazelle ha querido hacer de manera intencionada su obra maestra, esa película de referencia ligada a él de por vida y por la que ser recordado siempre, ser su Padrino, su Psicosis, su Ciudadano Kane, su Centauros del desierto, su 2001: una odisea del espacio, su Pulp Fiction, su Viridiana, sus Siete Samuráis, etc. Y la ha jodido. Principalmente porque no cuenta absolutamente nada nuevo, todo se repite, por momentos se intuye cierto hilo conductor pero la mayoría de las veces son gags sueltos a modo de los especiales navideños de Martes y 13, pero sobre todo, tiene una duración absolutamente excesiva para lo poco que hay que contar. El ascenso y caída de personajes lo hemos visto mil veces en el cine. Los entresijos y lo que se cuece en las productoras y el mundillo del cine, también lo hemos visto. Los excesos y desenfreno de sus gentes, más de lo mismo. Y el cómo se hacían los rodajes, escenas y demás historias, pues también. Entre todo esto que ya sabemos de sobra, nos cuelan alguna historia de las que gusta a todo el mundo del tipo drama personal y amorío fallido, y todos contentos para darle a la historia un aroma más humano, cercano y transcendental.

Su prólogo es lo peor de la película con mucha diferencia. No es otra cosa que mostrar las excentricidades de una panda de borrachos drogadictos con mucho dinero donde, algunos de ellos, en su tiempo libre y en un estado de mayor sobriedad, eran capaces de hacer algún buen producto cinematográfico. Pero es que nada ha cambiado hoy en día. Seguimos teniendo los mismos excesos y desenfrenos, pero ahora esas gentes lo que nos dan son programas de televisión de mierda, músicas de mierda, opiniones de mierda, ideas de mierda… y más mierda. Chazelle intenta beber de varias fuentes a la hora de mostrar en algunas secuencias de su larga película su caos, su lujuria, su despiporre, su lado oscuro… pero lo único que consigue es que me vengan a la mente nombres como Martin Scorsese, Paolo Sorrentino, Stanley Kubrick o Gaspar Noé, pero en su versión de segunda división. La película es desagradable en varios momentos y ahora mismo no recuerdo haber visto en una misma película a gente bañada por completo en heces, mojada por una lluvia dorada o rociada por vómitos al más puro estilo de aquella gran obra maestra llamada Este chico es un demonio 2. El problema no es que se muestren esas cosas, o que se harte de enseñarme culos y tetas, penes, gente fea, deforme o extraña. El problema está en que eso me importe, me haga gracia o verdaderamente sea algo que ayude a construir una historia. Partiendo de todo esto que debería ser lo primordial, una historia interesante, un buen guión, una dirección a la altura, etc., todo lo demás que es secundario pasa a un segundo plano mucho más profundo. Todas las interpretaciones están bien, aunque sin destacar ninguna especialmente. Brad Pitt simplemente correcto, Margot Robbie no defrauda aunque ya voy echando de menos una película y una interpretación a la altura de Yo, Tonya, Manuel, el personaje de Diego Calva, parece que le dejan despertar en el último tramo del film, muy bien Spike Jonze y el mejor, sin duda, Tobey Maguire en lo poquito que sale y eso que si nos ponemos con las tijeras en la mano, toda su escena iría fuera porque me resulta un pegote para alargar más la cosa.

Algunos puntos positivos son que algunas escenas sí están bien, principalmente las más pausadas, la banda sonora a cargo de Justin Hurwitz, el habitual de Chazelle, la fotografía y también un buen montaje que suele ser algo marca de la casa. Y por supuesto, lo mejor, ese epílogo tomando escenas e imágenes prestadas de otras películas mezcladas con la propia y unos filtros tontos pero que quedan bien.

Me centro más en lo negativo y no puedo suspender la película. En estos tiempos toda la parte técnica, que se realiza francamente de manera extraordinaria, así como todo lo que tiene que ver con vestuario, maquillaje o diseño de producción, entre otros, salvan muchas veces películas que en su fondo no dan para más pero su “vestimenta” las hace mayores y más interesantes. Y me empieza a tocar los cojones este tipo de cosas, pero esto también es parte del cine y trato de valorarlo. Lo ideal sería que todo fuese al unísono, parte artística y técnica, y no que la técnica tape las vergüenzas de la artística. Porque al revés, el cine está lleno de auténticas obras de arte: 12 hombres sin piedad, El halcón maltés, La soga, El tesoro de Sierra Madre, Perversidad, Rashomon, La ventana indiscreta, El salario del miedo, Solo ante el peligro, Testigo de cargo, Senderos de gloria, Fresas salvajes, Sed de mal, La evasión, Toro salvaje…
Travis Bickle
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