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España España · Valladolid
Voto de vircenguetorix:
6
Drama Rusty James (Matt Dillon) es un joven que sueña con volver a los tiempos de las pandillas juveniles para emular a su hermano mayor (Mickey Rourke), que en su día fue líder de una de ellas y que arrastra una reputación de rebelde e intocable como "el chico de la moto". Pero ahora su hermano ya no está, pues hace dos meses que se marchó, y a Rusty le han citado para una pelea. (FILMAFFINITY)
4 de julio de 2008
36 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues sí, como dicen en la película una percepción aguda de las cosas puede volverte loco, a veces es mejor ser una vaca comiendo guisantes y no discernir temas trascendentales. Pero como bovinos hay muchos ya por el mundo prefiero ser racional y meter el dedo en el ojo y lo voy hacer con “La ley de la calle”, obra tan mitificada por una generación de “jóvenes rebeldes” que el resto nos encontramos ya con la valoración decidida y esa era magnífica. Y no es así, para nada.

Coppola tenía una cuenta pendiente con su juventud, normal, con treinta y pocos años había hecho películas más maduras que muchos directores de setenta años y de alguna forma tenía que recobrar una perspectiva más fresca. Además en los ochenta el cine empezaba a ser cosa de adolescentes, fenómeno que nunca antes había ocurrido en tales dimensiones. Por eso hizo “Rebeldes” y “La ley de la calle”.

Su historia es de las que gustan a los jóvenes, banda sonora de culto, imágenes de chicos duros, problemáticos y guapetes, temas urbanos, pandillas callejeras y pseudometáforas sobre la libertad con polis tocando los cojones. Todo perfecto.

En Estados Unidos la cosa estaba ya bastante vista y su recibimiento e influencia posterior ha sido más bien media-baja, pero en Europa y no digamos nada en España con toda la movida en pleno apogeo la gente se volcó como nunca. Concha de Oro en San Sebastián incluida claro está.

Lo esencial de “La ley de la calle” es su aspecto formal, ese aire de poema metropolitano que pretende vender, cuando a mi juicio no es más que una cinta presuntuosa que se queda en mera suntuosidad.

Hay una cosa que Coppola nunca aprendió de Corman, su maestro, y es que este último nunca fue pretencioso, y nuestro italiano lo es y mucho, esta película es uno de sus mejores ejemplos, carente por completo de naturalidad.

En la cinta todo es completamente prefabricado, un auténtico aluvión de construcción de secuencias mecánicas que buscan la pose más que el fondo. Las pandas de la calle no hablan así, y tienen mucha menos poesía, en esta todo es muy cool, señores la calle se parece más a mucho más a “Los chicos del barrio” de John Singleton, sinceramente, es normal que hiciera la película basada en una novela porque mi impresión es que Coppola no salió mucho a la calle en sus años mozos, eso se nota.

Lo de que casi toda su familia estuviera en el negocio es normal, nada que reprochar, siempre fue un verdadero Padrino, otra cosa es que pasados treinta años se piense que son buenos... eso ya es más preocupante.

En definitiva discreta aunque interesante propuesta de un director como Coppola que siempre tenía cosas que decir antes, ahora sólo se dedica arropar al clan, encabezados por su hija, para que sigan produciendo boñigas muy caras y artificiosas.
vircenguetorix
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