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España España · Gijón
Voto de Loberto:
4
Thriller Nueva Jersey. Joey Gazelle (Paul Walker), hombre casado y padre de familia, lleva 10 años siendo sicario de la banda italiana de los Perello. Sin embargo, cuando Joey, desobedeciendo las instrucciones de la banda, se niega a deshacerse del arma utilizada en el asesinato de un policía corrupto durante una operación fallida de venta de drogas, coloca involuntariamente a su familia en una situación peligrosa. (FILMAFFINITY)
24 de octubre de 2006
8 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Wayne Kramer no ha tenido mucha suerte con las películas que ha dirigido, que además son todas escritas por él, así que, supongo que previendo lo peor, se ha liado la manta a la cabeza y ha procurado meter todo lo que se le ocurría en algo más de dos horas.

Y no son pocas cosas, la verdad. Por "La prueba del crimen" (otra traducción que clama al cielo) desfila lo mejor y más variado del lado sórdido de los USA, a saber: prostitutas, proxenetas, pedófilos, maltratadores, asesinos, polis corruptos, strippers, drogadictos, camellos... Todo ello narrado con profusión de exabruptos (que cuando se usan en todas y cada una de las frases pierden su gracia), y de la manera más cruenta y sanguinaria posible.

En resumen, se cuenta cómo un gángster de poca monta, Joey Gazelle (Paul Walker) tiene que encontrar a un niño ruso llamado Oleg (Cameron Bright, el de "Reencarnación") que ha disparado a su padre usando un revólver que Gazelle tenía en casa. Como con ese revólver los compinches de Gazelle habían matado a unos policías corruptos, pues ya está armada.

Con esta premisa, Gazelle va siguiendo la pista del revólver, encontrándose lo más selecto de la sociedad. Por supuesto, no falta casi nadie: hay rusos, hay negros y hay sudamericanos. Todos detestables, claro. También hay mucho tiroteo, mucha sangre y violencia, y alguna tía en pelotas, que es pecado no meter alguna en esta clase de pelis. Hay hasta un chiste a costa de Mastercard.

Los personajes entran y salen de la trama por arte de birlibirloque, e incluso Kramer se da el lujo de incorporar subtramas al asunto, que algo de hueco quedaba. La mejor, sin duda, la de la mujer de Gazelle, Teresa (Vera Farmiga).

A pesar de esa profusión inabarcable de sucesos, personajes e historias, parece que el guión se redime al final, pero es sólo una falsa alarma. El amigo Kramer mete un par de giros finales a la cosa, que uno se pregunta si no estarán las cámaras de "Inocente, inocente" filmando las reacciones del público.

El estilo visual recuerda a Tony Scott cargado de sustancias estupefacientes, para que se hagan una idea, pero hay alguna escena que hasta está bien rodada, para que haya de todo en la cinta. Las actuaciones son lo que uno espera: fruncir el ceño cuando toca, y torcer el gesto cuando uno recibe un golpe.

Y me permito cerrar con el niño Cameron Bright, que sospecho que tenga un 666 bajo el cuero cabelludo, porque tiene una cara que le provocaría pesadillas a Damien. Pronto las madres lo usarán para amenazar a sus hijos.
Loberto
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