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Voto de JoseManuelCampillo:
10
Drama La joven Eva (Anne Baxter), que aspira a convertirse en actriz y triunfar en los escenarios, se las ingenia para introducirse en un grupo de actores de teatro y hacerse amiga y confidente de la famosa y veterana actriz Margo Channing (Bette Davis), gran dama de la escena neoyorquina. El deseo de actuar y los celos la consumen hasta el punto de comenzar a traicionar a sus compañeros en su escalada hacia el éxito. Ella halaga, atrae, ... [+]
12 de diciembre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
«Eva, Eva, Eva», repetía con una cadencia evanescente Adán mientras ella solo atendía la irrefrenable llamada de la tentación. Ya con la aflicción reflejada en la mirada y la incomprensión en los labios pronunció el «por qué» que tanto resonó en ese deportista impostor que hace unos meses entrenó al Madrid. Eva fue expulsada del paraíso por no saber decir que no, al igual que Eva Harrington (Anne Baxter) por hacer suya la frase de Oscar Wilde: «Puedo resistir a todo menos a la tentación».
Eva al desnudo es una película que requiere varios visionados. Es como los buenos vinos, en cada nueva cata se aprecia un matiz antes escondido en algún sentido que no era el adecuado. La primera vez que la vi la situé entre la lista de «mis» notables de Hollywood. Hoy, después de varias veces en las que me he acercado a ella olvidándome del conjunto y parándome en el detalle, me parece esencia de cine. Ya ha llegado a sobresaliente.
Si alguien quiere saber con exactitud a qué se llama cine clásico que se acerque a esta delicia literaria creada por esa mezcla de Nabokov y Wilde llamado Joseph L. Mankievicz (La huella, El día de los tramposos, Julio Cesar, Operación Cicerón, Carta a tres esposas).
Este fino espadachín de las letras es el mejor jugador de Hollywood en el delicado arte de juntar palabras. Los adverbios, adjetivos, verbos, artículos y demás componentes del dédalo del lenguaje son utilizados por Mankievicz con la misma soltura con la que Dani García maneja el nitrógeno en esas tierras en las que antes brillaba el oro y abundaba el estilo y ahora solo lo hace la bisutería y el mal gusto.
Como soy un empirista radical y quizá muchos de ustedes también lo sean, transcribo un par de frases que sirven de refrendo al párrafo anterior: «Como siempre que una mujer intenta averiguar algo, me dijo más que yo a ella». «La atmósfera es macbethiana». Es cine hablado, de ese que ahora omite su presencia con la misma bizarría con la que Nadal gana torneos. Asistimos, como fieles y apenados testigos del funeral, a la época en la que la imagen ha sepultado a la dulce y, casi siempre, mentirosa palabra.
También es verbo teatralizado. La imagen tiene un encuadre particular. Planos largos y jugosos con un toque esnob que firmaría el mismísimo Dalí. Un esnobismo que subyuga, como lo hace la mirada de Bette Davis, sin casa en el barrio de la belleza, pero con alojamiento eterno en el mundo de la atracción.
Tuvo 14 nominaciones (junto con Titanic ha sido la más nominada de la historia), y recibió 6 estatuillas. Aunque quizá lo más destacado de esos seis premios es que ninguno fuera para Bette Davis, la inolvidable Baby Jane Hudson.
Posdata: Se rodó el mismo año en el que se produjo el Maracanazo, se creó la Stasi, se estrenó en Barcelona El amor brujo, la ONU adoptó un plan para dividir Jerusalén… Aunque lo más importante y llamativo es que el Atlético de Madrid ganó la liga. Y eso es un hecho tan inusual e histórico como lo fue para el planeta que hace unos años coincidieran en tiempo y mandato Zapatero y Obama (Pajin dixit).
JoseManuelCampillo
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