27 de mayo de 2017
15 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
De nuevo el griego Yorgos Lanthimos vuelve a golpear y de que manera.
Nos muestra este drama pertubador, en la que un matrimonio con dos hijos, deciden dar acogida a un niño. Ahí es cuando comienzan sus peores pesadillas.
La atmosfera, todo rodado en grandes planos angulares, asfixiando a los personajes en su entorno, encerrándoles, y con una música desconcertante, convierten a este thriller en una joya.
Una de las películas más completas del festival de Cannes, que deja un listón muy alto y que apunta maneras para los Globos de Oro y para los Oscars. Desde luego que tanto la interpretación de Colin Farrel como la del joven Barry Keoghan, merecen al menos su nominación. Una película muy aterradora, y realista, que va encogiendo al espectador en su butaca, a cada minuto que pasa la película.
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