Atónito, perplejo, de una pieza, podría utilizar muchos calificativos para describir el cuerpo que se me ha quedado tras ver esta película. Una película nominada a mejor del año en los Oscar donde participa la actriz que se ha llevado dicho galardón a la mejor actriz principal debe generar siempre altas expectativas. La mediocridad de esta cinta me plantea la cuestión de si he visto la misma historia que visionaron los sesudos miembros de la academia.
La trama y su planteamiento (esto es lo grave) es digno de cualquier telefilm de las tres y media de la tarde en Antena 3, si, de estos que cuando empiezan pone eso de “basado en hechos reales”. El guión es sumamente deficiente y lleno de clichés como para que esta película asome su cabeza en la noche de los Oscar. Lugares comunes, situaciones mil veces vistas, es la típica película de autosuperación y buen rollo tanta veces contada.
El papel de Sandra Bullock está a tono con el film; no le veo el merito ni la gracia por ningún lado y ya me parece que es el Oscar más injusto que se ha otorgado en años.
Es sabido por todos que a medida que pasan los años la calidad de filmes galardonables en Hollywood están bajando de nivel, lo que no sabía era que podría llegar a este punto.