En ‘La memoria de un asesino’ las sorpresas son las que son. Cuando una película de Liam Neeson se presenta ante nosotros, llámese ‘Infierno blanco’ o ‘Sin escalas’, sabemos que la acción es el principal valuarte de la misma, que el ritmo va a ser rapidísimo y que todo está organizado dentro de la propia película para hacer que el público disfrute y se deje llevar por lo que está viendo, teniendo como premisa principal el puro entretenimiento.

No hay motivos para acudir a una película protagonizada por este Liam Neeson que no sea el saber esto y el disfrutar de ello. ‘La memoria de un asesino’ se presenta de una manera rápida y directa, poniendo las cartas sobre la mesa: tenemos un asesino que hace muy pero que muy bien su trabajo que esta empezando a tener ciertos problemas para realizarlo, y a partir de ahí, los desencadenantes varios que harán que ‘La memoria de un asesino’ sea lo que es.

Bajo un guion elaborado de manera sencilla y sin volverse muy enrevesado pocas sorpresas podemos encontrar. La sencillez va apoderándose a pasos agigantados de una película que entretiene perfectamente y cuyo montaje no marea, dejando como bien digo, poco a la imaginación. Simplemente hay que acomodarse y dejarse llevar por los vaivenes de la historia y esperar un giro de guion interesante que nos despierte un poco y vuelva a llenarnos de ganas de ver la cinta hasta el final para ver que sucede. Parece poco, pero no; ‘La memoria de un asesino’ divierte mucho.

Liam Neeson es a ‘La memoria de un asesino’ lo que el picante a la comida mexicana. Se encarga de todo el peso interpretativo de la película y demuestra que lo hace como el buen vino, trabajando mucho sus personajes y dejándonos buenas sensaciones con su interpretación, sobre todo en aquellos momentos en los que el problema que está teniendo debe de salir a la luz, ahí se torna soberbia. Bien acompañado en pantalla por Guy Pearce, Harold Torres y una estupenda Taj Atwal. Frío me ha dejado un poco Monica Belluci en su papel, quizás porque tampoco daba para mucho más.

En definitiva, ‘La memoria de un asesino’ es una buena película, divertida, cargada de acción de la que nos gusta si nos gusta Liam Neeson y con buenos giros argumentales que nos despiertan y mantienen pendientes. Si a todo esto le unimos una buena música y bastantes escenas llamativas, tenemos ante nosotros un grandísimo entretenimiento. Y larga vida a Liam Neeson, que conste.

Crítica para MagaZinema.
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