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España España · Zaragoza
Voto de Paco Ortega:
9
Drama La joven Eva (Anne Baxter), que aspira a convertirse en actriz y triunfar en los escenarios, se las ingenia para introducirse en un grupo de actores de teatro y hacerse amiga y confidente de la famosa y veterana actriz Margo Channing (Bette Davis), gran dama de la escena neoyorquina. El deseo de actuar y los celos la consumen hasta el punto de comenzar a traicionar a sus compañeros en su escalada hacia el éxito. Ella halaga, atrae, ... [+]
24 de enero de 2009
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo tiene todo. No en vano recibió catorce nominaciones para los premios Oscar, de los que al final consiguió sólo seis. Sólo: hay por lo menos tres actores más –entre ellos Bette Davis- que en justicia deberían haberlo conseguido también.

El guión es portentoso y está escrito por el propio Joseph L. Mankiewitzc a partir de la novela “La sabiduría de Eva”, de la escritora Mary Orr. Conjuga admirablemente dos aspectos: es interesante de principio a fin, y las dos horas largas que dura, se consumen como si fuera un azucarillo. Pero esa frescura argumental está construida a partir de ideas y reflexiones. En este caso sobre el mundo del teatro, sobre las maneras espúreas de llegar al éxito, pero, en definitiva, sobre el concepto mismo de éxito social y las servidumbres que éste conlleva.

Un aroma de perfección y de sabiduría artística preside todo el conjunto. Es el aroma de los grandes momentos del mejor de los cines posibles, construido a partir del talento, los medios sabiamente utilizados, y el buen hacer de los profesionales.

Anne Baxter compone un personaje que refleja con exactitud el significado de la película. Por una parte, su belleza y tractivo reflejan el lado amable y tierno del maravilloso mundo del espectáculo. La otra cara, la que se oculta subrepticiamente, es la de la ferocidad sin escrúpulos por llegar a la cima, desplazando de ella si fuera necesario a quien en ella está en ese momento. Mundo, por tanto, de la competencia desleal vestida de glamour y buenos sentimientos. Trajes de seda que recubren corazones prematuramente podridos por la ambición. Su partenaire, la gran Bette Davis, ya era una actriz madura, que interpreta aquí a una actriz madura. Curiosa carrera cinematográfica la de esta mujer, especialista en la composición de mujeres complejas como ella misma, de actrices gastadas por la vida, la pantalla y los escenarios. No será la última vez que esto le ocurre. Le esperaba ese gran personaje de Baby Jane que Aldrich le tenía preparado, inspirado tal vez en esta fabulosa interpretación.

Fugaz y luminosa la presencia de Marilyn Monroe y muy convincente la actuación de George Sanders, por las que recibiría un Oscar. También las de Celeste Holm y de Gary Merrill. Y a este recital de aciertos interpretativos, hay que sumar la perfección de las luces, de los encuadres, de los ritmos narrativos. Mankiewicz, que tenía ya algún éxito importante a sus espaldas como “Carta a tres esposas” (1949), demuestra aquí una su enorme sutileza para la dirección de actores, y su grandes conocimientos de sicología. Un bagaje intelectual que le aportará a su cine un empaque y una profundidad inconfundibles.

Es, sencillamente, una obra maestra.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Paco Ortega
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