Historia absurda de una supuesta relación inverosímil entre un chaval de 15 (que en realidad tiene 18 e incipientes entradas) y una mujer de 25 (que realmente ha cumplido los 30). El crío está obsesionado con ella, pero lejos de presentárnoslo como un personaje desagradable, el director y guionista pretende que empataicemos con él, suponemos que porque es su alter ego adolescente. Ella, en cambio, parece que siente ternura e interés por él, cosa que sólo puede sonar creíble en la cabeza del crítico de cine medio (varón de mediana edad a quien probablemente las mujeres rechazan desde su adolescencia).
El hecho de que todas las mujeres se nos presenten como bobas e interesadas y que hasta un crío de 15 años sea más capaz que su propia madre revela que estamos ante la obra de un hombre, pero ese hombre al menos debería esforzarse en construir una historia medianamente desarrollada, que tuviera un desarrollo y cierta lógica e interés.