Anda uno ya cansado de la típica cinta grabada con cámara de vídeo. Está claro que es un recurso más y que no por ello debemos renegar de él. El cine puede rodarse con muchos medios. Lo que ocurre es que lo que hasta hace poco tiempo se consideraba una novedad interesante, hoy cae un poco en lo repetitivo y manido. No es el medio en sí, es estar justificando una y otra vez en la cinta la necesidad de su uso.
La película está bien realizada (salvo y desde mi modesta opinión, los efectos de los primeros vuelos de los personajes), pero el argumento es poco novedoso y parece que estamos viendo algo que ya conocemos con anterioridad (hoy en día proliferan las películas y sobre todo las series en las que chicos y chicas normales descubren que tienen un poder sobrenatural que los aparta de sus congéneres). Lo realmente destacable y base de mi puntuación, es que cualquier poder en manos de un ser con un pasado complicado (llámese educación inadecuada o circunstancias vitales impuestas por el azar o el destino), tienden a usar aquello que los hace diferentes para destruir, no para construir. Y es quizás esta idea lo que hace de esta película algo distinto. Todo aquél que no tiene una sólida educación en valores usa su poder (entendiendo éste en el sentido amplio de la palabra) para su propio beneficio o en pos de su propia autodestrucción.
Se deja ver y está bien hecha pero... bueno