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España España · malaga
Voto de alcaide:
6
Drama. Romance En los años 50, la joven irlandesa Eilis Lacey decide abandonar Irlanda y viajar a los Estados Unidos, concretamente a Nueva York, donde conoce a Tony, un chico italiano con el que comienza a salir y del que se enamora. Pero, un día, a Eilis le llegan noticias de una triste noticia familiar y tendrá que decidir entre quedarse en su nuevo país o volver a su tierra natal. (FILMAFFINITY)
26 de febrero de 2016
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La nostalgia parece haberse instalado cómodamente en la órbita actual del planeta cine, como deseado elemento de seriedad, que para las generaciones adultas, supone un recurso que el fondo, siempre ha sido utilizado por Hollywood para garantizar resultados de prestigio, más aún, con la llegada de la temporada de premios, para la que los grandes estudios intentan reservar sus mejores producciones.

Bajo esa realidad, y portando bandera irlandesa, Brooklyn compite en esa categoría, intentando construir su propia identidad con un relato sobre la inmigración, que añade parte de los ingredientes dramáticos, muchos de ellos previsibles, que se suelen incluir a la causa de un trabajo que apuesta por la melancolía, como factor de máximo convencimiento con el que atraer a un sector del público, con el que puede estrechar sólidos lazos de indudable complicidad.

Nos encontramos en un periodo de transformación en el cine de época, que ha aproximado su objetivo temporal varias décadas, para abordar los años 50 del siglo pasado, en una carrera a la que no ha querido ser ajena el cine británico, siempre presente en los ejercicios cinematográficos de corte formal, a los que suele conferir un aliento más sofisticado.

Dirige John Crowley, un realizador que no presume aún de una filmografía realmente destacada, entregado aquí a la búsqueda de cierta elegancia minimalista en la puesta en escena, adornada con escenarios modestos pero cuidados al detalle, al tiempo que el uso del color verde, a veces apagado, otras más brillante, juega su papel fundamental en la historia, como reconocible factor cromático en la fotografía y el vestuario, que se las arregla para aludir, en todo momento, a la madre patria irlandesa.

En el reparto, la estimulante presencia de una Saoirse Ronan convertida ya en toda una mujer, ayuda a sobrellevar los peores defectos del film, gracias a su su buen pulso para dibujar un perfil femenino convincente, que transita de la fragilidad a la fortaleza de forma acompasada, mientras interpretes de la talla de Jim Broadbent, o el cada vez más omnipresente y polifacético Domhnall Gleeson, hacen su aportación desde el plano secundario, sujetando el talento de una de las actrices con más futuro del panorama actual.

Finalmente, la recomendación de este sutil, aunque poco memorable trébol verde irlandés, queda destinada a los más fanáticos del cine lacrimógeno, que seguro podrán deshojar sus imágenes en casi total armonía, pañuelo en mano y sin sobresaltos, disfrutando de un viaje tan placentero como convencional, del que hay que reconocer, presenta un mejor acabado de lo esperado, lo que en parte, le ayuda a alejarse de ese espectro televisivo que suele impregnar, con su tufo, a temáticas de similar aspecto.


<Lee esta crítica, y muchas más, en Fusion-Freak.com>
alcaide
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