No visioné esta película en el año de su estreno sino hasta 14 años después, en 2011, sin embargo recuerdo que fue todo un fenómeno cultural de fines de los 90' y su nombre se mencionaba por doquier hasta para hacer bromas (ya sabrán de qué índole) sobre la vida cotidiana. El tiempo siguió su curso y Full Monty se olvidó, no obstante aquel furor quedó impregnado en algún recóndito sitio de mi mente. Mi mente sabía que el film en cuestión fue importante, y asociándolo con los chistes de aquella época, forjó una imagen completamente errónea del mismo. Me decidí a verla, y grande fue mi sorpresa al toparme con personajes terrenales cuyos padecimientos podrían ser los mismos que el de cualquier vecino. Grande fue mi sopresa al apreciar que no hacía uso de chabacanería, actos sexuales o explosiones. Mis prejuicios estaban orientados a todo aquello que me asombró por su ausencia.

El film es abarca demasiados tópicos y personajes sin profundizar lo suficiente, pero aprueba porque la historia (que no la esencia ni el mensaje) gira en torno a una actividad que en su día resultó original y transgresora (el striptease), porque la fotografía es bellísima, porque los personajes son entrañables y porque su banda sonora está plagadas de hits de los 70', 80' y 90'.