¿Fin de la saga? El tiempo lo dirá. Después de las 2 primeras películas los mercenarios vuelven para darnos más acción y más adrenalina. Mel Gibson es el malo en esta ocasión y pese a que no encaja del todo como villano, sus motivos le hacen el enemigo más peligroso y despiadado al que nuestros héroes de acción se han enfrentado. Más allá de eso el elenco sigue aumentando con caras icónicas y curtidas en el mundo del cine (Harrison Ford y Antonio Banderas) y otras más jóvenes para ayudar a Stallone con sus problemas. El reparto cumple con nota alta y se llega a percibir al equipo como una familia difícil de vencer. La primera parte de la película se hace algo lenta por la presentación de los nuevos personajes mientras que la segunda no permite la más ligera distracción de lo entretenida que es. Y dentro de la segunda mitad está el clímax, que no tiene desperdicio alguno. Los toques cómicos no pueden faltar y en esta film este toque tiene el nombre de Antonio Banderas. La pelea entre Sylvester y Mel no es tan intensa ni trepidante como la que tuvo el primero con Van Damme en la segunda parte, pero aun así es un buen combate con emoción de por medio.
Me gustaría que la saga tuviera continuidad en un futuro próximo, pero quizás está sea la última entrega de los mercenarios. En caso de ser así opino que el cierre se ha hecho con criterio y de buena forma. De las 3 pelis me quedo con la segunda, a la cual considero la más impresionante. Las otras dos (primera y tercera) tienen un ritmo más lento y menos movido, pero son dignas de ver.