Media votos
6,1
Votos
150
Críticas
150
Listas
17
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de pintusian:
10
8,5
14.152
Drama
Un samurái pide permiso para practicarse el Seppuku (o Harakiri), ceremonia durante la cual se quitará la vida abriéndose el estómago al tiempo que otro samurái lo decapitará. Solicita también poder contar la historia que le ha llevado a tomar tan trágica decisión. (FILMAFFINITY)
20 de marzo de 2012
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Devastador retrato del Japón medieval, en el que el papel de los samuráis está cambiando de un modo definitivo: en tiempos de paz y tras la abolición de los señoríos feudales, son muchos los guerreros que quedan sin empleo y acaban siendo lentamente devorados por la miseria y la soledad.
En 1630, uno viejo samurai, Hanshiro Tsugumo (Tatsuya Nakadai), acude al Castillo de Iyi para solicitar ayuda: necesita de alguien que le asista en la ceremonia del harakiri, que consiste en practicarse dos incisiones en el abdomen (una horizontal y otra vertical) que hagan que sus entrañas de desparramen; es entonces cuando otro espadachín, el kaishaku, deberá asestarte un tajo que lo decapite, poniendo fin a su sufrimiento... y su vida. Se trata de una tradición ancestral, en la que quien la ejecuta exhibe su honor y valentía, al no resignarse a llevar una existencia miserable.
El señor del castillo accede a la petición del samurái, pero desconfía de él: por eso le cuenta la historia de otra persona que se dirigió a él recientemente, con idénticos propósitos; la intención del noble es desenmascarar a Hanshiro Tsugumo, a quien considera un impostor que sólo desea que se le dé una limosna... sin embargo, el viejo samurái escucha con gesto imperturbable la historia que le relatan y, a su vez, replica contando cuál ha sido la sucesión de hechos que conforman su vida.
En 1630, uno viejo samurai, Hanshiro Tsugumo (Tatsuya Nakadai), acude al Castillo de Iyi para solicitar ayuda: necesita de alguien que le asista en la ceremonia del harakiri, que consiste en practicarse dos incisiones en el abdomen (una horizontal y otra vertical) que hagan que sus entrañas de desparramen; es entonces cuando otro espadachín, el kaishaku, deberá asestarte un tajo que lo decapite, poniendo fin a su sufrimiento... y su vida. Se trata de una tradición ancestral, en la que quien la ejecuta exhibe su honor y valentía, al no resignarse a llevar una existencia miserable.
El señor del castillo accede a la petición del samurái, pero desconfía de él: por eso le cuenta la historia de otra persona que se dirigió a él recientemente, con idénticos propósitos; la intención del noble es desenmascarar a Hanshiro Tsugumo, a quien considera un impostor que sólo desea que se le dé una limosna... sin embargo, el viejo samurái escucha con gesto imperturbable la historia que le relatan y, a su vez, replica contando cuál ha sido la sucesión de hechos que conforman su vida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Tremenda película, una auténtica carga de profundidad que destroza al código ético que guiaba a los samuráis (el bushido). En efecto, el film ataca el desnaturalizado concepto del 'honor' que se tenía en la época medieval, en donde todo era mera fachada: los actos se falseaban y el legado que se transmitía a las generaciones futuras estaba corrompido por la mentira. En este film, además, se aboga por la recuperación de valores propios del hombre, como la misericordia y la piedad.
Frente peliculillas como 'Kill Bill', en las que el interés reside en la sangre, las vísceras y los combates sin sentido, en esta película se explora el alma de las personas: en 'Harakiri (Seppuku)', el director se centra en analizar la capacidad de los individuos para superar las dificultades a las que les somete la vida y escrutar los motivos por los que un individuo acaba diciendo "basta" y decide poner fin a su vida...
Estamos ante una película muy recomendable, tanto por su forma como por su fondo. Una obra maestra maravillosamente dirigida e interpretada. La actuación del protagonista es excepcional y tanto el guión como el ritmo de la narración es sorprendente. Incluso las leves pinceladas de música tradicional japonesa enriquecen notablemente el resultado final.
Alguno se llevará las manos a la cabeza, pero no tengo reparo en admitirlo: en su conjunto, me gusta más esta película que las de Akira Kurosawa que he visto hasta el momento ('Ran' y 'Los Siete Samuráis'); tiene ésta todo lo que me gustaba en aquellas, pero sin las referencias al teatro kabuki que tanto agradaban a Kurosawa (y tan poco suelen agradarnos a los occidentales). Cuestión de gustos.
Frente peliculillas como 'Kill Bill', en las que el interés reside en la sangre, las vísceras y los combates sin sentido, en esta película se explora el alma de las personas: en 'Harakiri (Seppuku)', el director se centra en analizar la capacidad de los individuos para superar las dificultades a las que les somete la vida y escrutar los motivos por los que un individuo acaba diciendo "basta" y decide poner fin a su vida...
Estamos ante una película muy recomendable, tanto por su forma como por su fondo. Una obra maestra maravillosamente dirigida e interpretada. La actuación del protagonista es excepcional y tanto el guión como el ritmo de la narración es sorprendente. Incluso las leves pinceladas de música tradicional japonesa enriquecen notablemente el resultado final.
Alguno se llevará las manos a la cabeza, pero no tengo reparo en admitirlo: en su conjunto, me gusta más esta película que las de Akira Kurosawa que he visto hasta el momento ('Ran' y 'Los Siete Samuráis'); tiene ésta todo lo que me gustaba en aquellas, pero sin las referencias al teatro kabuki que tanto agradaban a Kurosawa (y tan poco suelen agradarnos a los occidentales). Cuestión de gustos.