Bien logrado remake de la cinta muda de 1922 que por sus limitaciones técnicas carece hoy de impacto aunque la figura central de la historia no pierde sus calidades terroríficas, las cuales están resaltadas y mejoradas en la versión de Werner Herzog, contando prácticamente la misma historia, solo que con un final un poco más desarrollado. Gran ambientación, estética de época, algunos momentos de buena fotografía y elementos tétricos bien manejados, algunos quizá de más y sin impacto. Una dirección de cámaras no muy original, además del estilo de Herzog de dirigir a los actores de forma inexpresiva y simplona, de actitudes teatralizadas o sobre actuadas, situación que resta dramatismo y vuelve la trama algo fría. Buen manejo de recursos y excelente caracterización del vampiro, quien es el único personaje congruente a pesar de no ser muy profundizado pese a ciertos argumentos que pretenden ahondar un poco en su interior. En general recomendable pero podría ser más ágil y natural en las actuaciones.