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España España · Málaga
Voto de Nuño:
8
Serie de TV. Intriga. Thriller. Drama Serie de TV (1990-1991). 2 temporadas. 30 episodios. El excéntrico agente del FBI Dale Cooper (Kyle MacLachlan) llega a Twin Peaks, una pequeña población montañosa, para investigar el brutal asesinato de la joven y bella Laura Palmer, la chica más popular del instituto de la localidad. Con la ayuda del sheriff del pueblo, el amable Harry S. Truman (Michael Ontkean), el agente Cooper comienza a interrogar a los habitantes del pueblo y va ... [+]
21 de abril de 2018
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
1.

Algunos de los muchos directores de esta serie —Caleb Deschanel, la inesperada Diane Keaton o Todd Holland— firman buenos episodios, sugestivos, coherentes. Entienden la visión atmosférica de Lynch y la procuran rastrear.

No obstante, la serie es otra cosa cuando el episodio en cuestión lo dirige y escribe el propio demiurgo de este pueblo de 51.201 habitantes. Con Lynch a los mandos, la serie roza la excelencia.

Este hecho explica mi habitual reticencia ante las series. Es extraordinario, inusual, que una obra firme y sólida nazca del marasmo de voluntades (guionistas, directores, productores, espectadores...) que, capítulo tras capítulo, y más aún temporada tras temporada, moldean, mancillan o desvirtúan la idea. Ni siquiera en las películas, cuyos artífices gozan de mayor continuidad, es fácil asegurar la coherente unidad tanto como en el libro —escrito por uno sólo y el mismo siempre—. En la serie televisiva la audiencia, la respuesta del público y las vicisitudes externas tienen demasiado peso.

El relleno se vuelve enervante, la esencia se disipa, se busca estirar el chicle; fidelizar al cliente.

'Twin Peaks', en sus mejores momentos, es tan buena como lo mejor de Lynch y en sus peores momentos es ni más ni menos que una serie de televisión.

SPOILER/

Un ejemplo de la maestría de Lynch —además del soberbio episodio piloto—, que ningún otro director alcanza en esta serie: el primer episodio de la segunda temporada, que comienza tras el disparo a Dale Cooper, el cual dio cierre a la primera temporada. No tememos su muerte porque sabemos que es imposible que tenga lugar. No por su cualidad de héroe principal —Hitchcock eliminó a su heroína principal en 'Psicosis', 30 años antes de esta serie y de las series que pusieron de moda eliminar, insospechadamente, protagonistas principales, como 'Game of thrones' o 'The walking dead'—, sino porque es el elemento que da coherencia y sentido a todo el imaginario de rocambolescos personajes de 'Twin Peaks'; su importancia es simbólica, no sólo argumental.

No obstante, el cliffhanger es el disparo a Dale, y de algún modo se le ha de dar empaque emocional, tensión, al pasaje. ¿Cómo asegura Lynch que nos crispe, agobie y sacuda un pasaje que, sabemos, no puede acabar mal?

Un botones, pintoresco y muy viejo, entra y sale de la habitación varias veces, ajeno al moribundo. Cuando repara en él, es para molestarle con nimiedades o saludarle con semblante burlón, con un gesto que nos provoca una mezcla imposible de risa y exasperación.

¿¡Por qué no pide ayuda!?

/SPOILER

2.

Una vez resueltos los asesinatos de Laura Palmer y su prima Maddy Ferguson —"it's hapenning again", uno de los capítulos más memorables—, la serie va divagando, en busca de un motivo para seguir existiendo.

Se explicita el pasado de Dale Cooper y se le humaniza, buscándole romances extintos y actuales.

La serie, de pronto, parece una caricatura de sí misma y se agota.

'It killed the thing', diría el propio David Lynch, de su agonizante criatura.

...

3.

Como Servadac ya apunta en su crítica —y yo suscribo— Bob es la invención más brillante de la serie. Su naturaleza es intangible, ensoñada y, por ello, ubicua; amenaza latente que vaga por los bosques y los sombríos salones de las casas.

4.

El mayor logro de Twin Peaks está en sus secuencias oníricas, en Dale Cooper, en Angelo Badalamenti, en el juego de oscuridades, en conseguir ser malsana sin recurrir a lo grotesco. Todo ello uno.

La serie, pese a sus evidentes lastres y sus capítulos y personajes prescindibles, es buena. Todo lo que ocurre en Twin Peaks, y cómo ocurre, no tiene validez externa, es impensable en un mundo real. Sin embargo, en ese pueblo ignoto, obtiene su propia lógica. La serie consigue un tiempo y un espacio cinematográficos propios, y eso ya es un logro homérico, que justifica el visionado de la serie y la mantiene respirando aún cuando los guiones pobres y las veleidades televisivas se empeñan en darle el golpe de gracia.

Gracias.
Nuño
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