La primera crítica que escribí se centraba en lo humana que era esta película, en cómo hilaban multitud de sentimientos tan diversos entre personalidades tan en conflicto. Me impresionó la profundidad emocional y, sobre todo, lo real de las reacciones y de las consecuencias. Sin embargo, una hora después de haber pensado que era una buena película, ante todo por lo dicho anteriormente, pensé de pronto en algo que no había tenido en cuenta: ¿y las mujeres?
De pronto me dí cuenta de que la humanidad era sólo masculina. Todo lo que ocurre tiene que ver, exclusivamente, con la psique de los hombres. El papel de las mujeres queda totalmente en segundo plano y no mueven nada. Son pacientes, para nada actores. No hay una sola decisión relevante por parte de una mujer.
No se trata de criticar a posteriori obras hechas en épocas de menor conciencia (bueno, por ser buenos, que hablamos de hace ocho años...). Se trata de criticar mi crítica de hombre y dejar constancia de ella. Es un film como tantos otros, en los que los hombres mueven el mundo y, si no te das cuenta, te la cuelan y se hacen pasar por los seres más profundos de la existencia.