Haz click aquí para copiar la URL
Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de Pasajero en Transito:
10
Drama Principios del siglo XX. David Aaronson, un pobre chaval judío, conoce en los suburbios de Manhattan a Max, otro joven de origen hebreo dispuesto a llegar lejos por cualquier método. Entre ellos nace una gran amistad y, con otros colegas, forman una banda que prospera rápidamente, llegando a convertirse, en los tiempos de la Ley Seca (1920-1933), en unos importantes mafiosos. (FILMAFFINITY)
22 de julio de 2019
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Once Upon a Time in America (Erase Una Vez en América) es la obra increíble maestra de Sergio Leone (1984). Cuenta la historia de la amistad de grupo de chicos en diferentes períodos, 1920, 1932/33 (yendo una y otra vez hacia atrás y hacia adelante), que siendo hijos de inmigrantes judíos llegados a EE.UU, se convierten poco a poco en una importante banda de la mafia. Pero la verdad, la mafia es sólo la excusa de Leone. Cuando la obra termina, simplemente te das cuenta de que has estado mirando hipnotizado la poesía de lo que significa la vida, el drama de la inmigración y la pobreza, el sexo, la corrupción, la traición, la culpa, la corrupción de la ley y la ambición, pero por sobre todo, la majestuosidad profunda e inconmensurable que significan la amistad, el amor, las malas decisiones, el paso del tiempo, la nostalgia, los recuerdos, la alegría, el dolor, las oportunidades perdidas, las nostalgia de la juventud y del ayer.

A Leone le tomó nada menos que diez años el terminarla, como si pintase la Cappella Sistina, como si tomase el lugar de Victor Hugo escribiendo Los Miserables y, simplemente, consiguió la perfección. Pero no lo hizo sólo. Invitó a Ennio Morricone a escribir la música, que dudosamente olvidarán, y a Tonino Delli Colli a realizar la fotografía, que queda inmarcesible cada vez que se cierran los ojos. A Leone le quedaron diez horas de cinta útil al terminar a edición y las redujo a seis, pero los estudios no lo aceptaron y quedó en un total de 3:49 horas. Y no, no es muy larga. El tranquilo inicio, con el monótono repicar de un teléfono indefinidamente, los silencios muy largos donde las miradas y los gestos no dejan espacio para las palabras; la progresión a escenas cada vez más detallas y lentas, cargadas de emociones que no se hablan; la música que acompaña a cada personaje, las transiciones sorprendentes y perfectamente enlazadas en todos los sentidos, el vestuario y los escenarios, que recrean cada época hasta en su último detalle, los cambios bruscos de ritmo y el maravilloso final, hacen que Once Upon a Time in America quede dentro del corazón las diez horas que el maestro Leone soñó.

“La edad si marchita Noodles. Los dos hemos envejecido. Nos quedan los recuerdos, nada más”

PD: La película fue un fracaso de taquilla en su momento.
Pasajero en Transito
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow