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Voto de aldaraviendoleyendoblogspot:
10
Drama El Padre James Lavelle (Brendan Gleeson) se esfuerza por conseguir un mundo mejor. Le preocupa ver la cantidad de litigios que enfrentan a sus feligreses y a la gente de su parroquia, y le entristece que sean tan rencorosos. Un día, mientras está confesando, recibe una amenaza de muerte de un feligrés anónimo. (FILMAFFINITY)
13 de abril de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El padre James es un sacerdote católico que en la primera escena de esta magnífica película escucha en el confesionario a un feligrés anónimo anunciarle que va a matarle el domingo siguiente. La voz le dice que lo ha elegido por ser un hombre bueno, y el padre James lo es. El trabajo que hace McDonagh con este personaje y su bondad es un ejercicio cinematográfico espléndido. Nada es banal, ni tópico, ni previsible en la bondad de este cura, en su entrega tranquila, bienhumorada y tolerante. Tampoco es innecesario nada de cuanto se nos cuenta de su miedo, su fe, su sencilla y casi torpe manera de hacer el bien, sus tentaciones, sus caídas y su determinación.

El via crucis del Padre James hacia el domingo de su anunciado asesinato es un ejercicio de suspense espléndido, en el que el personaje va creciendo hasta un final que, sencillamente, te deja fuera de combate. Entre sus feligreses está su asesino. Unos y otros encarnan diversas caras del mal, de un mal estúpido y feo. Entre ellos anida el sufrimiento, la crueldad, la desesperanza, el cinismo y la locura. Viven en un paisaje duro de la costa de Irlanda, azotada por los vientos y por la crisis. Están retratados en un tono de comedia negra que al principio despista un poco. Cuesta captar el drama que se esconde tras el humor corrosivo que impregna las relaciones del padre James con sus paisanos. “¿Por qué tienes que aguantar tanta gilipollez?”, le pregunta al cura uno de los pocos personajes puros del cuadro.

Hay un tono de cuento moral en el histrionismo de los paisanos del padre James, que funcionan como sombras que van estrechando el cerco al héroe, con una violencia cada vez menos sutil. Cada uno es detestable por alguna razón, pero, ¿es él el asesino?

No, no es esta película sobre la Irlanda rural de la crisis, ni se desprende de ella ninguna tesis sobre los pecados de la Iglesia Católica. No es tampoco una comedia negra sobre un cura con mala suerte, ni es solo el drama de una buena persona enfrentada a un destino fatal. Esta es una película sobre un hombre en toda su complejidad, retratado espléndidamente en su dimensión moral y afectiva. Ni más ni menos. La interpretación del sentido último de cuanto se ha visto queda muy abierta, pero cualquier lectura que se haga de él estará marcada por el rotundo mazazo emocional que se nos ha suministrado.

Ahora que hay tanta película con exceso de metraje y parafernalia superflua, vale la pena decir que en 100 minutos y con pocos medios McDonagh ha hecho un trabajo impresionante.
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