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Voto de Ari:
8
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Drama
Una joven belga (Audrey Hepburn) que pertenece a una familia burguesa, ingresa como novicia en un convento. Tras profesar como monja, la hermana Luke es enviada al Congo a trabajar como enfermera en una misión. Su sorpresa será mayúscula cuando compruebe que ha sido destinada a un hospital para blancos, como ayudante de un cirujano. (FILMAFFINITY)
2 de febrero de 2012
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues me ha gustado porque estoy harta de la religión. Porque aunque yo jamás he sido formada en materia religiosa, precisamente por eso, cuando veo esos rituales, esos rezos que para mí resultan ridículos y que hacen los católicos, los musulmanes y en general las sectas, me parece que el mundo está loco. Cometo un pecado (como mirarme en un espejo) y rezo 18 Avemarías, claro que sí.
Y en la peli vemos lo absurdo de ese catolicismo extremo, que nada tiene que reprochar al islamismo que tanto nos escandaliza. Mujeres que tapan su cabello y su cuerpo, que no pueden pensar sino obedecer, no pueden sentir nada... salvo culpa. Y aún así les hacen creer que eso es la felicidad... ojo, que también ahora la televisión nos dice lo que es la felicidad.
Pero las monjas son libres para estar ahí, dice mi madre. Ya estamos... la libertad... a veces no entendemos bien eso de la libertad. Porque ya lo decía un grande, "yo soy yo y mis circunstancias". Y es difícil pensar cuando a tu alrededor siempre te han dicho que no hay que hacerlo.
En la película se relata básicamente eso. El lado más absurdo de la Iglesia. Y aunque yo lo sospechaba, la verdad es que hasta ver la película no me había parado a pensar hasta dónde llega la sumisión de una monja.
Y por mucho que hagan cosas buenas, que ayuden a los pobres y demás... que no sea en nombre de ningún dios, carajo, que no es obligatorio. Y sobre todo, que no nos den lecciones de moral a los que no tenemos amigos imaginarios. Porque vale que la peli es de hace unos años... pero si hay algo que ha avanzado poco con el transcurso del tiempo, es la religión.
Y en la peli vemos lo absurdo de ese catolicismo extremo, que nada tiene que reprochar al islamismo que tanto nos escandaliza. Mujeres que tapan su cabello y su cuerpo, que no pueden pensar sino obedecer, no pueden sentir nada... salvo culpa. Y aún así les hacen creer que eso es la felicidad... ojo, que también ahora la televisión nos dice lo que es la felicidad.
Pero las monjas son libres para estar ahí, dice mi madre. Ya estamos... la libertad... a veces no entendemos bien eso de la libertad. Porque ya lo decía un grande, "yo soy yo y mis circunstancias". Y es difícil pensar cuando a tu alrededor siempre te han dicho que no hay que hacerlo.
En la película se relata básicamente eso. El lado más absurdo de la Iglesia. Y aunque yo lo sospechaba, la verdad es que hasta ver la película no me había parado a pensar hasta dónde llega la sumisión de una monja.
Y por mucho que hagan cosas buenas, que ayuden a los pobres y demás... que no sea en nombre de ningún dios, carajo, que no es obligatorio. Y sobre todo, que no nos den lecciones de moral a los que no tenemos amigos imaginarios. Porque vale que la peli es de hace unos años... pero si hay algo que ha avanzado poco con el transcurso del tiempo, es la religión.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Me gusta especialmente cuando el médico se indigna al tratar de "abrir los ojos" a la protagonista... me ha recordado aquello de "si se pudiera razonar con la gente religiosa no habría gente religiosa".
También cuando una de las monjas insiste en su voluntad de convertir al catolicismo a uno de los nativos del Congo. Malditos... me ha recordado a aquello que decía Galeano, sobre el 12 de octubre (o cuando los americanos descubrieron el capitalismo): "Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: Cierren los ojos y recen. Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia".
También cuando una de las monjas insiste en su voluntad de convertir al catolicismo a uno de los nativos del Congo. Malditos... me ha recordado a aquello que decía Galeano, sobre el 12 de octubre (o cuando los americanos descubrieron el capitalismo): "Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: Cierren los ojos y recen. Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia".