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Voto de Flaterik:
8
6,5
19.848
Drama. Ciencia ficción. Romance
Adaptación de una novela de Kazuo Ishiguro, el autor de "Lo que queda del día", que también fue llevada al cine (James Ivory, 1993). Kathy, Tommy y Ruth pasan su infancia en Hailsham, un internado inglés aparentemente idílico, donde descubren un tenebroso e inquietante secreto sobre su futuro. Cuando abandonan el colegio y se acercan al destino que les aguarda, el amor, los celos y la traición amenazan con separarlos. (FILMAFFINITY)
19 de febrero de 2011
31 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esto no es ciencia ficción tradicional, aquí no hay efectos especiales ni acción sorprendente.
Es ciencia ficción romántica, sentimental, y con ritmo pausado y preciosista.
Hasta ahí, no es nada extraño o que no se pueda conciliar con el género.
Pero la historia en sí, la base sobre la que se sustenta la vida y el destino de los protagonistas, se hace extraña y hasta irritante para el espectador, algo contrapuesto a sus principios éticos y morales, a la cultura y la educación que uno ha recibido desde su nacimiento.
Ese sentir, desata un latigazo de rechazo en el cerebro a medida que uno se sumerge en esta historia de una realidad alternativa (pero filmada con toda la naturalidad y flema tan característica de la idiosincrasia inglesa, lo que produce estupefacción y perplejidad), y las neuronas bullen buscando una explicación que ponga sentido al sinsentido de la historia.
Esta película es de las que uno recordará por bastante tiempo, y aunque con los años solo se convierta en una "curiosidad" dentro del género, se trata de una pequeña joya llena de matices y de implicaciones humanas que uno no pude dejar de recomendar.
Importante el spoiler.
Es ciencia ficción romántica, sentimental, y con ritmo pausado y preciosista.
Hasta ahí, no es nada extraño o que no se pueda conciliar con el género.
Pero la historia en sí, la base sobre la que se sustenta la vida y el destino de los protagonistas, se hace extraña y hasta irritante para el espectador, algo contrapuesto a sus principios éticos y morales, a la cultura y la educación que uno ha recibido desde su nacimiento.
Ese sentir, desata un latigazo de rechazo en el cerebro a medida que uno se sumerge en esta historia de una realidad alternativa (pero filmada con toda la naturalidad y flema tan característica de la idiosincrasia inglesa, lo que produce estupefacción y perplejidad), y las neuronas bullen buscando una explicación que ponga sentido al sinsentido de la historia.
Esta película es de las que uno recordará por bastante tiempo, y aunque con los años solo se convierta en una "curiosidad" dentro del género, se trata de una pequeña joya llena de matices y de implicaciones humanas que uno no pude dejar de recomendar.
Importante el spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Sí, es un canto a la vida, al amor, a los sentimientos.
Pero terriblemente deprimente.
Su poesía, su banda sonora y su ambientación se conjuran para ese resultado contrario a su propio mensaje vitalista. Es como si los protagonistas se hubieran sacrificado delante de nuestros ojos, para que su moraleja nos salvara el alma, para que reaccionáramos ante su desnudez y su fragilidad inevitable.
Muchos filmaffiniteros se preguntan en sus críticas, por qué no huyen. Por qué no escapan a su destino, por qué son tan tontos.
El propio director lo aclara: "No hay un sitio donde ir. Desde pequeños les han inculcado un sentimiento de orgullo y de responsabilidad, sobre su lugar en la vida. La película es sobre la fragilidad humana, sobre la urgencia de valorar en el momento a las personas que amas, porque el tiempo es demasiado breve."
Yo voy más allá aún. El escritor de la novela, Kazuo Ishiguro, hace una indagación compleja del yo y de la humanidad, como esa humanidad personal es reconocida, o negada.
No huyen, porque si lo hicieran, entonces la historia no tendría el mismo calado ni el mismo efecto percutor que intencionadamente busca el autor de la historia.
No huyen, porque entonces todo vería un final feliz, el mundo seguiría igual, nadie reaccionaría.
No huyen, porque tampoco pueden hacerlo los fetos que se sacrifican cada día para investigar con células madre para librar al mundo de la plaga de las enfermedades, a costa, de matar su propia ética, y su propia humanidad.
No huyen, porque detrás de una caricia, de un beso, de un abrazo y una palabra sentida, está la eternidad, cada momento, cada segundo, es para ellos más precioso que la propia vida. Y quieren que nosotros lo entendamos.
¿No lo entendéis?
Pero terriblemente deprimente.
Su poesía, su banda sonora y su ambientación se conjuran para ese resultado contrario a su propio mensaje vitalista. Es como si los protagonistas se hubieran sacrificado delante de nuestros ojos, para que su moraleja nos salvara el alma, para que reaccionáramos ante su desnudez y su fragilidad inevitable.
Muchos filmaffiniteros se preguntan en sus críticas, por qué no huyen. Por qué no escapan a su destino, por qué son tan tontos.
El propio director lo aclara: "No hay un sitio donde ir. Desde pequeños les han inculcado un sentimiento de orgullo y de responsabilidad, sobre su lugar en la vida. La película es sobre la fragilidad humana, sobre la urgencia de valorar en el momento a las personas que amas, porque el tiempo es demasiado breve."
Yo voy más allá aún. El escritor de la novela, Kazuo Ishiguro, hace una indagación compleja del yo y de la humanidad, como esa humanidad personal es reconocida, o negada.
No huyen, porque si lo hicieran, entonces la historia no tendría el mismo calado ni el mismo efecto percutor que intencionadamente busca el autor de la historia.
No huyen, porque entonces todo vería un final feliz, el mundo seguiría igual, nadie reaccionaría.
No huyen, porque tampoco pueden hacerlo los fetos que se sacrifican cada día para investigar con células madre para librar al mundo de la plaga de las enfermedades, a costa, de matar su propia ética, y su propia humanidad.
No huyen, porque detrás de una caricia, de un beso, de un abrazo y una palabra sentida, está la eternidad, cada momento, cada segundo, es para ellos más precioso que la propia vida. Y quieren que nosotros lo entendamos.
¿No lo entendéis?