"Una verdad incómoda"(2006) fue el documental mega-publicitado que inició la concienciación colectiva sobre el cambio climático e identificó al ser humano como su exclusivo causante. Al Gore como una estrella de rock. Ganó dos óscars, uno al mejor documental y el otro a la mejor canción, así para tararearla dando palmas mientras se funden los casquetes polares y vemos a los osos morir de hambre.

El caso es que no todos los científicos aceptan que el ser humano sea el causante del calentamiento global. Exponen su teoría en este documental. Para ellos el causante es la actividad solar. No voy a entrar en el contenido sino en el continente, en el documental como producto. No soy climatólogo ni medioambientalista. Todos los documentales muestran SU verdad, que no tiene porque ser LA verdad. Yo los veo y me guardo mi opinión.

Como producto este documental comete un fallo muy habitual, no ofrecernos la versión del contrario o no pedir a la otra parte la opinión sobre la teoría presentada. Ello enriquecería el documental por cuanto habría debate científico, que no lo hay. Pero igual pasa con los documentales más, digamos, oficialistas. Todos pecan de lo mismo. En el documental se distinguen dos grandes partes; la primera es más científica, numerosos especialistas nos ofrecerán, en un ágil montaje, con imágenes y gráficas que parecen vivas, su interpretación de los datos. Hasta ahí bien. Pero la segunda parte se aleja de la ciencia y entra en una bamboleante interpretación de sucesos y situaciones. Relata una prolija confabulación de intereses y propaganda en la que entran Margaret Thatcher y su odio a los mineros del carbón, los activistas políticos y anticapitalistas infiltrados en los movimientos ambientalistas tras la caída del muro de Berlín que pretenden llevarnos a la Edad Media, los investigadores generosamente financiados, modelos climáticos erróneos y manipulados y unos medios de comunicación amantes de las noticias más catastróficas. A ello se le debe añadir, según el documental, la persecución de los científicos divergentes. Y no deja de ser curioso como los científicos participantes a la pregunta sobre si cobran de las petroleras -la típica y tópica acusación de los medioambientalistas- contestan ¡nooooooo, que más quisiéramos! Ejem, ejem...dejémoslo ahí.

El fin de fiesta es muy demagógico. Hay que verlo. Los medioambientalistas impiden el desarrollo del continente africano al tratar de colocarles las energías alternativas, que, en aquellos años, eran mucho más caras. Y para ello nos ponen a una joven madre encendiendo el fuego con excrementos en Kenia mientras los participantes en un congreso sobre el Cambio Climático en Nairobi usan el aire acondicionado y hacen turismo.

Los documentales ayudan a pensar. Si ves un hecho desde distintas ópticas, te puedes formar una opinión. Lo que realmente me asusta no es este documental -uno de tantos- sino leer en esta página como hay quién pide que la ficha de este documental sea retirada de Filmaffinity. Pura cultura de la cancelación. Da miedo leer estas cosas. ¿tan poca fe tienen los que piden eso en la explicación mayoritaria, que pretenden hacer desaparecer cualquier otra teoría alternativa? ¿En serio? Les voy a decir un secreto ... la gente es capaz de pensar. Recuérdenlo cuando queman libros.