Western raro, atípico, que mezcla los conceptos de las películas italianas setenteras de caníbales salvajes tipo "La montaña del dios caníbal", con películas de miedo silvestres como "El proyecto de la Bruja de Blair" o "Las colinas tienen ojos" y westerns clásicos sobre rescate de secuestrados por los indios como "Centauros del Desierto", pero todo ello muy artesanal, como de fan-movie, rodado con extremada sencillez, extraños planos, situaciones descritas y rodadas de una manera como amateur. No falta el toque gore innecesario (herencia de los filmes italianos).

En este extraño mejunje, brilla los tres actores principales y, en especial, un Kurt Rusell, que, como los jamones, contra más curado está mejor. ¡Que bien le quedan las canas!

En fin, un western anómalo, raro, nada que ver ni con clásicos, ni spaguettis ni crepusculares, sino con filmes de terror silvestre y setentero. Y resulta interesante.