Desgarrador relato de supervivencia de una familia desperdigada en distintos lugares de una inmensa zona devastada, después que el mar arrasó con todo lo que se hallaba a su paso. Camaradería y compañerismo, tanto de los adinerados turistas como de los tailandeses. Emotivas escenas en hospitales que con escasos recursos trataban de hacer lo imposible por salvar vidas, y lo que es realmente digno de ser imitado por nuestros connacionales. No se vio pillaje ni el vandalismo como sucedió en Chile en Febrero de 2010 en las postrimerÍas del mandato de la señora Bachelet, cuando el devastador terremoto y maremoto del 27 de Febrero, redujo a escombros gran parte de Chile central, y el gobierno se negó a impedir el saqueo del comercio que una turba enloquecida perpetraba en las zonas devastadas por la catástrofe