2001: Una odisea del espacio, supuso una de las más grandes revoluciones en materia de efectos especiales de la historia, nunca antes, y pocas veces después se ha hecho una película tan realista, tan minuciosa y tan acertada. Se trata de una película que rezuma ciencia por todos sus poros, no solo el diseño de los trajes espaciales, que sería imitado en las misiones Apolo, sino que su realización se ciño exquisitamente a las leyes de la Física. Por poner un solo ejemplo, mencionar que la nave circular que aparece al principio se vale no solo de su forma, sino también de su rotación, para generar una fuerza centrípeta que genere una fuerza similar a la de la gravedad de la Tierra, creó así Kubrick la gravedad artificial. INCREIBLE.

Pero no es único el mérito de Kubrick, contando con las mentes de Arthur C. Clarke y Carl Sagan como copilotos, lo único que tenía que hacer era ponerse el cinturón, pisar el acelerador y revolucionar la ciencia ficción para siempre. Todo un deleite visual.