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Voto de Maese Huvi:
8
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10.944
Terror
Dos parejas de jóvenes se pierden durante la noche y van a dar a una oscura casa habitada por una familia de psicópatas. Asesinatos, canibalismo y ritos satánicos son algunos de los mil horrores que allí les esperan. (FILMAFFINITY)
29 de agosto de 2008
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas películas de terror hay ya que consigan convencer, atrapar, sorprender o simplemente entretener. Está tan trillado el género y son tantos los tópicos una y otra vez repetidos que parece que este tipo de cine está ya tan muerto como los zombies y al igual que estos ya no inspira miedo sino simplemente vergüenza ajena. Y entonces llega un señor llamado Rob Zombie (enseguida hablaremos un poco más de él y de su trayectoria) y consigue insuflar nueva vida al género utilizando esos mismos tópicos, lugares comunes, escenas y personajes ya vistos una y mil veces en todos los clásicos, pero aportando frescura, mucho humor negro, imaginación y un toque revival pero que quiere ir más allá del mero homenaje y ofrecer algo más.
Rob Zombie, cantante del mítico grupo White Zombie, es un tipo que ha mamado cine de serie B y Z desde su infancia. Este tío en lugar de comerse el bocata de mortadela viendo Barrio Sésamo lo hacía viendo pelis gores. Hace años había un lamentable programa de la MTV (cuyo nombre no recuerdo) en el que unos muñecos de plastilina que representaban a diferentes estrellas del cine y del rock se zurraban en plan lucha libre. Todos los fines de semana en un bareto heavy teníamos nuestra ración de esta basura y todavía recuerdo uno en el que Ozzy Osbourne se enfrentaba a Rob Zombie. El muñeco de Ozzy le decía a Rob: “Yo ya adoraba a Satán cuando tú todavía llevabas pañales de cuero” y a continuación creo recordar que le arrancaba el corazón (o algo así). Y es cierto que Ozzy ya comía murciélagos (con las consecuencias que todos conocemos) cuando Rob Zombie iba a la guardería, pero mientras Ozzy hace ya muchos años que da pena, el bueno de Rob Zombie se ha convertido en uno de los reyes del bizarrismo y la casquería. Satán debe estar orgulloso de su discípulo.
Rob Zombie, cantante del mítico grupo White Zombie, es un tipo que ha mamado cine de serie B y Z desde su infancia. Este tío en lugar de comerse el bocata de mortadela viendo Barrio Sésamo lo hacía viendo pelis gores. Hace años había un lamentable programa de la MTV (cuyo nombre no recuerdo) en el que unos muñecos de plastilina que representaban a diferentes estrellas del cine y del rock se zurraban en plan lucha libre. Todos los fines de semana en un bareto heavy teníamos nuestra ración de esta basura y todavía recuerdo uno en el que Ozzy Osbourne se enfrentaba a Rob Zombie. El muñeco de Ozzy le decía a Rob: “Yo ya adoraba a Satán cuando tú todavía llevabas pañales de cuero” y a continuación creo recordar que le arrancaba el corazón (o algo así). Y es cierto que Ozzy ya comía murciélagos (con las consecuencias que todos conocemos) cuando Rob Zombie iba a la guardería, pero mientras Ozzy hace ya muchos años que da pena, el bueno de Rob Zombie se ha convertido en uno de los reyes del bizarrismo y la casquería. Satán debe estar orgulloso de su discípulo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El argumento de La casa de los 1000 cadáveres es sencillo y tópico: dos parejitas de enamorados se pierden en mitad de la noche y acaban en una casa de los horrores en la que una familia de frikis paletos se dedican a asesinar a gente y a celebrar bizarros rituales. Todo esto regado con sangre a borbotones y un batiburrillo de componentes del buen cine de serie B: ultraviolencia, zombies, sexo, gore, experimentos con seres humanos, canibalismo, etc. Por cierto, en más de un aspecto La casa de los 1000 cadáveres recuerda a la mítica e infravalorada película española La matanza caníbal de los garrulos lisérgicos: dos parejas de incautos urbanitas perdidas en mitad del campo, familia de paletos caníbales, hermana ninfómana (interpretada en este caso por Sheri Moon, la espectacular mujer de Rob Zombie, que borda este papel y hace que uno desee caer en sus manos para ser torturado), chica que parece (sólo parece) que se va a salvar en el último momento… Un parecido más que razonable.
Para terminar, hacer mención de algunos de los homenajes que el tío Rob hace en la película: al personaje de Vampira, a las películas Madhouse o La matanza de Texas, a Vincent Price, etc. Un placer para todo friki que se precie de serlo. Y también destacar algunos de los toques de humor negro, como el payaso más grotesco y siniestro que se recuerda en el cine (excepción hecha de las películas de los payasos de la tele Gaby, Fofó y Miliki, ¡estos sí que daban miedo!), la escena del pez-hombre (simplemente espectacular) o los personajes del abuelo y la madre (a cual de los dos más grotesco…)
Una buena combinación de elementos prestados de clásicos del gore y del terror, una cuidada puesta en escena, toques de humor en el momento justo, una fotografía que sorprende bastante, una buena banda sonora (compuesta como no podía ser menos por Rob Zombie). En definitiva. Un nuevo clásico del género (y falta le hacía). Y al que no le guste...
Para terminar, hacer mención de algunos de los homenajes que el tío Rob hace en la película: al personaje de Vampira, a las películas Madhouse o La matanza de Texas, a Vincent Price, etc. Un placer para todo friki que se precie de serlo. Y también destacar algunos de los toques de humor negro, como el payaso más grotesco y siniestro que se recuerda en el cine (excepción hecha de las películas de los payasos de la tele Gaby, Fofó y Miliki, ¡estos sí que daban miedo!), la escena del pez-hombre (simplemente espectacular) o los personajes del abuelo y la madre (a cual de los dos más grotesco…)
Una buena combinación de elementos prestados de clásicos del gore y del terror, una cuidada puesta en escena, toques de humor en el momento justo, una fotografía que sorprende bastante, una buena banda sonora (compuesta como no podía ser menos por Rob Zombie). En definitiva. Un nuevo clásico del género (y falta le hacía). Y al que no le guste...