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España España · Marbella
Voto de SUSTOVISION:
6
Terror. Comedia. Fantástico Una feria ambulante se instala en una localidad con el fin de recaudar la mayor cantidad de dinero posible, ya que está en la ruina total. Larry y su tío, los dueños del espectáculo "La Guarida de Satán", para hacerlo más interesante, hacen algunas modificaciones en su número. Pero alguien, invocando a Satán, ha hecho resurgir a los Ghoulies, pequeños seres diábolicos que lo destruyen todo... (FILMAFFINITY)
27 de agosto de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras el éxito inesperado de la divertida y resultona "Ghoulies" (Luca Bercovicci, 1985), la productora Empire, famosa por sus producciones serie Z cutre-lux, no dejó escapar la oportunidad de crear una franquicia y forrarse de billetes exprimiendo el punto fuerte de la primera parte, esto es, los primos pobres de los guiñoles de Frank Oz, esos encantadores monstruitos que se nota a la legua que son marionetas (y bastante malas, por cierto) pero como son muy gamberros y divertidos, se lo perdonamos todo. Pero si en la película de Bercovicci los Ghoulies eran un mero elemento adicional del argumento y los verdaderos protagonistas eran el brujo-mihura y su hijo bellotero practicando magia negra, en "Ghoulies 2" Empire dijo "¿no querías caldo? ¡pues toma dos tazas!" y los supervillanos de la película son única y exclusivamente los Ghoulies, que se dedican a putear al personal durante todo el metraje. Pero tampoco exageremos, caramba, que sólo son 5 Ghoulies: el Ghoulie volador, el Ghoulie-Gato, el Ghoulie-narizón, el Ghoulie con chepa y mi favorito, el Ghoulie verde-calvito con afición por los WC. También al final sale un monstruo de tamaño humano y pare usted de contar, que tampoco había dinero para comprar más marionetas. En cuanto a los efectos especiales, pues en la onda de la serie Z, más o menos lamentables pero eficaces y entrañables. Lo más destacable es que por fin vemos a los Ghoulies caminar con sus patitas, en un ejercicio de stop-motion plan Harryhausen que canta más que Carusso. Y poco más, alguna explosión, algún electrocutamiento y sacabó. O sea, que no esperes ver unas batallas mágicas del copón ni rayos de color azul y rojo como en la primera parte. El tema de la brujería queda relegado a un segundo plano en esta secuela, tomando mayor importancia las relaciones humanas de los protagonistas del film, un grupo de feriantes sin dinero pero con mucha dignidad y compañerismo dispuestos a enfrentarse a un empresario sin escrúpulos para defender su estilo de vida comunitario, solidario y artístico. Este enfoque del argumento a nivel humano queda muy bonito pero a nivel terrorífico puede aburrir a más de uno, sobre todo si lo que quiere es ver a bichos matando a gente y no a unos pobres hombres a punto de quedarse en el paro (para eso ya están las noticias). No obstante, aunque los personajes son bastante tópicos, no por ello dejan de ser interesantes, como por ejemplo el viejo mago alcohólico, cuyos demonios personales lo atormentan constantemente y necesita beber hasta el agua de los floreros para olvidar. ¿Quizás practicó magia negra de joven y por eso está todo el día bebido? Eso explicaría porqué tiene un libro de brujería en el baúl. Por otro lado está el señor de talla baja interpretado por el actor Phil Fondacaro, cuyo personaje también encierra una historia trágica: el hombre es un gran actor de obras clásicas pero su estatura le condena a trabajar en ferias de mala muerte. Su personaje es divertido (con esa afectación aristocrática) pero también emociona (hay una escena que es de llorar que se te saltan las lágrimas). También destaca el implacable empresario, un guaperas elegante que durante toda su vida siempre se ha salido con la suya porque su padre es rico (tan real como la vida misma) pero como al final obtiene su merecido, nos congratulamos y que le jodan. En el lado opuesto del reparto, están los personajes del sobrino y de la bailarina, que no pueden ser más planos y aburridos. Destaca la historia ñoña y melodramática de la funambulista frustrada, que como vio a su hermano pegarse una hostia tiene vértigo crónico pero al final de la peli supera su fobia para subirse en una noria y salvar el mundo. En fin, como ya dije antes, la historia de los ghoulies se ve enriquecida (o lastrada, según se mire) por el tema de la lucha de los feriantes contra el despiadado empresario que quiere cerrar las atracciones que no den dinero, una idea que es muy del gusto del norteamericano medio, ya que la defensa de la pequeña propiedad privada frente a las mega-corporaciones es uno de los pilares que sustentan el sueño americano.
En cuanto al guión, es bastante decente aunque no se libra de unos cuantos diálogos absurdos y ridículos (verbigracia, un tío va y dice entusiasmado: "¡A mí me gustan las ratas!"). El interés no decae porque hay muertos cada x minutos y al final se produce la esperada masacre general, con los Ghoulies cabrones desplegando su salvajismo por toda la feria. No obstante, que nadie espere ver un festival de gore y mutilaciones unánimes, ni mucho menos. La violencia de la película es muy light y las muertes ocurren fuera de plano sin un mísero "Slasher" o acuchillamiento. Además, en toda la película no hay ni una escena de destete y apenas sale una pareja de enamoraos besándose y tocando género. Quizás el objetivo de tanta contención en lo violento y en lo sexual tenía como objetivo atraer a un público tardo-infantil y así ampliar el target de taquilla, que nunca vienen mal unos dólares de más.
En fin, "Ghoulies 2" no defraudará a los seguidores de la primera parte, ya que conserva su espíritu gamberro y puñetero. Aunque posee deficiencias evidentes, la película es resultona y se deja ver, ideal para una sesión doble ochochentera.
SUSTOVISION
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