Mi lista de películas/directores por ver, ha aumentado. Tengo la dicha de conocer a los Hermanos Safdie por ‘Uncut Gems’ y, la fortuna de poder indagar más en su filmografía. La llave que me abre las puertas para descubrir a éstos directores con proyección que no hace falta mencionar, es una de las joyas de su año. ‘Uncut Gems' es un canto a los cortes superpuestos, a las voces binarias, y a veces, inclusive multitudinarias, a las mezclas de sonido adecuadas al plano, tomas vertiginosas, y a los guiones prosaicamente magistrales.
La obra sigue una secuencia muy bien estructurada; pareciera que no avanza, nos acongoja, nos aflige, nos molesta con esos diálogos innecesarios, con una lentitud vehemente. Pero ésa, es la magia de la cinta, molestar al espectador, incomodarlo, y para éso, hay un punto clave en todo éso, Adam Sandler, y el mejor papel de su vida. Howard, personaje interpretado por el ya antes mencionado, es la angustia de la propia película, sin él, los diálogos ecoicos, la magistral sonoridad no servirían de nada, porque él es el que lleva impregnado el adolecimiento, es su ludopatía lo que nos genera la tensión, el odio, lo que nos provoca pensar que la película es mala, que no tiene un orden artístico, o un objetivo reflexivo, un propósito narrativamente fílmico. Su personalidad es chocante, queremos que pare, pero también queremos que la suerte le marque el camino que debe seguir para alcanzar el esperanzado éxito, la salvación. No es siquiera el personaje mejor construido, pero lo comprendemos, aunque no queramos, y es la actuación de Adam Sandler lo que logra todo ésto, porque deliberadamente es el centro de la película, en él corren los problemas, o es él, el que los provoca.
Otro aspecto interesante, es la actuación de Julia Fox, porque indirectamente su personaje, es un estigma que nos hace ver cuándo el personaje de Sandler se impacta contra la vereda, pero también es vital para la consagración, la excitación, ya no sexual, sino mental de Howard, y lograr éso, seguir el guión y lo que la dirección quiere, de forma magistral, es importante, y notablemente (e indirectamente) preciso. La fotografía es uno de los aspectos más imprescindibles, gracias al magnífico trabajo de cámara, entendemos los mensajes corporales de Howard, la abstracción del elenco por el objeto en el se cierne toda la trama.
La banda sonora, cumple con la misma función, y de manera indirecta nos produce tensión, emoción, confusión, el sonido está precisamente colocado, no sobra en ninguna escena, porque está para cumplir su oficio, para dotar a la película de una inestabilidad adecuada, bien lograda.
Todo esto se acumula, se agrupa, y sorprendentemente se libera. Sí, sorprendentemente, porque la escena final es la mejor, después de tanta ansiedad que se iba acumulando, representada con los planos, la música, y los diálogos heterogéneos, al final se despoja de ésa angustia; hay calma, hay libertad, y los planos, y la música, se tornan simples, convencionales, y éso, aquel acto final, aquella revuelta, el cambio que da la forma de grabación, anexado al guión y a las emociones, es sutilmente magnífico.
Si hay un problema en ésta película, es su falta de contexto hacia los problemas de Howard, o quizá éso es lo que le da fuerza a la trama tan agobiante, es la fuerza de entregar todo de golpe, impactar al público con una idea, con la introyección de la angustia, y no despegarla. Una película excesiva, con una trama excesiva, y un personaje principal que busca por sí mismo, los propios secretos del exceso material, que es su necesidad, su materia prima. Nos golpea, y no nos suelta, y éso nos disgusta, pero lo que nos disgusta, generalmente nunca se desprende de nosotros.
8.0/10