Empezó siendo una película ciertamente interesante, una bella mujer con una mala vida, se convierte en una asesina despiadada que trabaja para una agencia ultrasecreta del KGB.
Estando dirigida por Luc Besson y con el currículo de películas que tiene este hijo de la Galia, esperaba un resultado final algo mejor, pero Luc se ha especializado en cine de acción y sus películas desde el cambio de milenio están muy lejos de León El Profesional y por supuesto de El quinto elemento, ambas películas de culto de los noventa.
El caso es que recuerda a otras películas similares, quizás porque creo que ya la había visto, pero no puede ser, así que será un déjà vu.

Sasha Luss lo hace bien, se mueve con agilidad y se disfraza más que Mortadelo, para lucir diferentes looks.
En el resto del reparto hay buenos actores, pero Helen Mirren con peluca y Cillian Murphy están poco creíbles en sus respectivos papeles, vamos que están mal.
Se salvan Luke Evans y el belga Eric Godon, el segundo porque un papel de villano es siempre mas interesante y el primero cae en picado al final del film.

Lo peor es el triángulo amoroso, innecesario, increíble (de poco creíble). No me parece que Anna Poliatova despierte ese magnetismo que se le atribuye en la película para que hombres y mujeres se enamoren irremediablemente de ella.

Lo mejor la escena de lucha en el restaurante, quizás mereciera un 6 solo por esa escena, pero las revoladas argumentales con las que remata Besson, le bajan a un cinco que podía haber sido más.