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Voto de Caith_Sith:
9
7,5
69.047
Drama. Thriller
Grace llega al remoto pueblo de Dogville huyendo de una banda de gángsters. Persuadidos por las palabras de Tom, que se ha erigido en portavoz de la comunidad, los vecinos se avienen a ocultarla. Grace, a cambio, trabaja para ellos. Sin embargo, cuando Dogville sea sometido a una intensa vigilancia policial para dar con la fugitiva, sus habitantes exigirán a Grace otros servicios que les compensen del peligro que corren al darle cobijo. ... [+]
19 de marzo de 2011
43 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Prólogo -. Lars Von Trier nació en 1956 y cursó estudios en la National Film School of Denmark. Realizó numerosos cortometrajes ("Nocturne", el más famoso de ellos, en 1980) y se graduó con el mediometraje experimental "Images of a Relief". A partir de ahí iniciaría una meteórica carrera que le haría pasar por varias etapas artísticas, llevándole a recoger numerosos premios en algunos de los más prestigiosos festivales de cine del mundo. Paralelamente su ego se multiplicaba y nacía el Trier.Personaje, que canibalizaba al Trier.Cineasta. "Europa" fue su primera joya pero no tardaron en llegar las dos temporadas de la miniserie "Riget". En 1995 creó (junto a otros cineastas) el movimiento Dogme, tan criticado como aclamado. Tras la 'trilogía de Europa' (Element of Crime/Epidemic/Europa) llegó la 'Golden Heart Trilogy' (Breaking the Waves/Idioterne/Dancer in the Dark) y, cerrada ésta, se embarcó en la (aún inconclusa) 'trilogía de EEUU - Tierra de oportunidades' con esta "Dogville". Y automáticamente Trier dejó de ser promesa y se convirtió en Maestro.
Punto 1-. La idea. El nacimiento del concepto de Dogville bien merece ser aplaudido hasta la extenuación. La semilla fue el teatro minimalista de Bertolt Brecht y Trier lo hizo evolucionar, remarcando las líneas de las localizaciones, imponiendo nuevas reglas.
Punto 2-. El reparto. No hay un solo actor que lo haga mal, pero destaca, sobre todo, el magnetismo de una Nicole Kidman maravillosa y la presencia de otros nombres como Bacall, Skarsgard, Cann, Gazzara, Betanny o Clarkson. Todos se comen la pantalla a bocados, han nacido para interpretar estos roles.
Punto 3-. Narración 'en on'. Todo lo que pasa lo vemos. No hay paredes, no hay limitaciones, toda la información se dispone en pantalla y es el espectador quien debe crear los nexos, enriqueciendo cada escena de forma natural. Sólo encuentro un referente en esta forma de delegar en el espectador el dar sentido a la imagen: Jacques Tati.
Punto 4-. Narración en off. John Hurt es el narrador de la historia y quien nos guía en los momentos en los que así lo exige ésta. Su profunda voz y su perfecta entonación de cuenta cuentos convierte este terrible drama en una deliciosa fábula macabra difícil de olvidar.
Punto 5-. Mirada. Unos ojos azules desnudándose a la cámara sirven para rellenar los espacios en los que los silencios cobran más sentido que la palabra. Este punto hermana con el segundo y la labor que realiza la esplendida Nicole Kidman, que rara vez se ha mostrado a la vez tan frágil, y tan fuerte de espíritu.
/ INTERLUDIO-. Sigue abajo sin ningún tipo de spoiler ni destripe argumental. /
Punto 1-. La idea. El nacimiento del concepto de Dogville bien merece ser aplaudido hasta la extenuación. La semilla fue el teatro minimalista de Bertolt Brecht y Trier lo hizo evolucionar, remarcando las líneas de las localizaciones, imponiendo nuevas reglas.
Punto 2-. El reparto. No hay un solo actor que lo haga mal, pero destaca, sobre todo, el magnetismo de una Nicole Kidman maravillosa y la presencia de otros nombres como Bacall, Skarsgard, Cann, Gazzara, Betanny o Clarkson. Todos se comen la pantalla a bocados, han nacido para interpretar estos roles.
Punto 3-. Narración 'en on'. Todo lo que pasa lo vemos. No hay paredes, no hay limitaciones, toda la información se dispone en pantalla y es el espectador quien debe crear los nexos, enriqueciendo cada escena de forma natural. Sólo encuentro un referente en esta forma de delegar en el espectador el dar sentido a la imagen: Jacques Tati.
Punto 4-. Narración en off. John Hurt es el narrador de la historia y quien nos guía en los momentos en los que así lo exige ésta. Su profunda voz y su perfecta entonación de cuenta cuentos convierte este terrible drama en una deliciosa fábula macabra difícil de olvidar.
Punto 5-. Mirada. Unos ojos azules desnudándose a la cámara sirven para rellenar los espacios en los que los silencios cobran más sentido que la palabra. Este punto hermana con el segundo y la labor que realiza la esplendida Nicole Kidman, que rara vez se ha mostrado a la vez tan frágil, y tan fuerte de espíritu.
/ INTERLUDIO-. Sigue abajo sin ningún tipo de spoiler ni destripe argumental. /
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Punto 6-. Lecturas. Se culpa al cine actual de ser trivial pero cuando no se dan las cosas mascadas, rápidamente se ataca a los artistas que deciden tomar este camino. La historia no siempre tiene que estar explicada con pelos y señales, ni es un autor quien debe imponer un punto de vista; por contra, son las obras ambiguas, que se abren a interpretaciones, las que prevalecen en el tiempo. Analizar Dogville puede llevar a numerosas conclusiones; ahí queda patente su grandeza.
Punto 7-. Ritmo. Milagroso es el hecho de que un largometraje de tres horas se pase en lo que habían parecido treinta minutos. Atrapar al espectador con un escenario único, docena y media de actores y una historia aparentemente sencilla tiene mucho mérito. Hacerlo experimentando en cada secuencia y creando perfectas coreografías visuales, va más allá del elogio. Dogville dura 178 minutos (aunque existe una innecesaria versión de 130 minutos, que no sé qué puede recortar porque nada sobra) y doy fé de que no se notan.
Punto 8-. Puentes. Dogville tiende un puente en el que se entremezclan estilos e influencias a la vez que se reinventa (aunque sea a pequeña escala) el cine, en este caso fusionándolo con teatro, cogiendo elementos del Dogme (aunque la película no lo sea estrictamente) y reduciéndolo para dejar sólo lo importante. Como ejercicio cinematográfico Dogville es en si misma una Obra Maestra absoluta, sin caer en la visión subjetiva, de una perfección técnica que deja K.O.
Punto 9-. ¿Conclusión?. El final de Dogville es uno de las más bellas salvajadas que recuerdo haber visto en un largometraje recientemente. Crudo, directo; habrá quien lo ataque pero visto lo visto no se puede hacer más que aplaudir (pese a ciertas reservas). El hombre es un lobo para el hombre, está claro, pero lo fascinante es que afortunadamente el final aquí representa el principio de una trilogía que promete ser memorable, a pesar de que la notable "Manderlay" (2005) no alcance la altura de la aquí presente.
Epílogo-. Cine de muchos kilates, único y perfecto en su imperfección, obra de un loco o un visionario, tanto da. Tiene tantas aristas que es imposible abarcarlas todas (¿qué necesidad hay?) y devuelve la esperanza a todos aquellos que creíamos que las puertas hacia lo desconocido estaban cerradas a cal y canto. Una de las películas clave de la pasada década y probablemente la mejor obra que jamás vaya a rodar su director. Soberbia.
Punto 7-. Ritmo. Milagroso es el hecho de que un largometraje de tres horas se pase en lo que habían parecido treinta minutos. Atrapar al espectador con un escenario único, docena y media de actores y una historia aparentemente sencilla tiene mucho mérito. Hacerlo experimentando en cada secuencia y creando perfectas coreografías visuales, va más allá del elogio. Dogville dura 178 minutos (aunque existe una innecesaria versión de 130 minutos, que no sé qué puede recortar porque nada sobra) y doy fé de que no se notan.
Punto 8-. Puentes. Dogville tiende un puente en el que se entremezclan estilos e influencias a la vez que se reinventa (aunque sea a pequeña escala) el cine, en este caso fusionándolo con teatro, cogiendo elementos del Dogme (aunque la película no lo sea estrictamente) y reduciéndolo para dejar sólo lo importante. Como ejercicio cinematográfico Dogville es en si misma una Obra Maestra absoluta, sin caer en la visión subjetiva, de una perfección técnica que deja K.O.
Punto 9-. ¿Conclusión?. El final de Dogville es uno de las más bellas salvajadas que recuerdo haber visto en un largometraje recientemente. Crudo, directo; habrá quien lo ataque pero visto lo visto no se puede hacer más que aplaudir (pese a ciertas reservas). El hombre es un lobo para el hombre, está claro, pero lo fascinante es que afortunadamente el final aquí representa el principio de una trilogía que promete ser memorable, a pesar de que la notable "Manderlay" (2005) no alcance la altura de la aquí presente.
Epílogo-. Cine de muchos kilates, único y perfecto en su imperfección, obra de un loco o un visionario, tanto da. Tiene tantas aristas que es imposible abarcarlas todas (¿qué necesidad hay?) y devuelve la esperanza a todos aquellos que creíamos que las puertas hacia lo desconocido estaban cerradas a cal y canto. Una de las películas clave de la pasada década y probablemente la mejor obra que jamás vaya a rodar su director. Soberbia.