Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Caith_Sith:
7
Drama. Ciencia ficción. Romance Adaptación de una novela de Kazuo Ishiguro, el autor de "Lo que queda del día", que también fue llevada al cine (James Ivory, 1993). Kathy, Tommy y Ruth pasan su infancia en Hailsham, un internado inglés aparentemente idílico, donde descubren un tenebroso e inquietante secreto sobre su futuro. Cuando abandonan el colegio y se acercan al destino que les aguarda, el amor, los celos y la traición amenazan con separarlos. (FILMAFFINITY)
14 de enero de 2011
28 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Never Let Me Go” es una de las sorpresas más inesperadas del pasado 2010, una película que no es una Obra Maestra ni se acerca, pero que tiene el valor de lo insólito: pocas, o ninguna vez, he visto algo así. Sólo se me ocurriría compararla con la calidez que desprende el bello “I’m Here” de Spike Jonze, o con cualquiera de los trabajos del animador Makoto Shinkai (“She and Her Cat”, “5cm por segundo”). Pero sin ánimo de buscar obras parecidas, el trabajo de Mark Romanek es único y no sólo ahí radica su magia, sino en una suma de elementos tan bien integrados en un global que casi parece que la ciencia-ficción sea la vida real, y que lo que estemos contemplando sea alguna especie de milagro en el que el drama y el romanticismo funcionan como un reloj, sin canibalizarse, sino nutriéndose.

Es “Never Let Me Go” una obra que se cocina a fuego lento, concediendo valor a los silencios y a la capacidad de observación. Su sensacional fotografía y una melancólica banda sonora contribuyen a crear una ambientación casi de cuento de hadas. Y como en todas estas historias, nada es lo que parece; hay un reverso tenebroso. Contada casi en voz baja, mediante susurros, la película de Mark Romanek es un ejemplo de contención dramática, consigue abandonar todo intento de manipulación y rara vez en su metraje podemos encontrar algo impostado, que no destile verdad por los poros. Bella y lírica, se beneficia además de unas interpretaciones principales de gran nivel, comenzando por los niños (impecables) y siguiendo por una correcta Knightley, un notable Garfield y una superlativa Mulligan. Esta última enamora a la cámara: cada mirada, cada gesto, es un ejemplo de cómo un intérprete superdotado puede transmitir sensaciones al espectador sin optar por el histrionismo, más bien lo contrario, desde la pura contención.

Usando la ciencia-ficción de forma inteligentísima (desgranando poco a poco los enigmas), “Never Let Me Go” es un drama que cuenta una historia terrible a través de los gestos y los susurros, instalándose bajo la piel e impactando en el momento preciso, sin la búsqueda del sentimentalismo barato. Su bellísimo y triste final no hace más que redondear una película que encuentra en sus virtudes un arma de doble filo: la sutileza con la que cuenta las cosas y su ritmo pausado podrían jugarle en contra si el espectador acude a visionarla esperándose una explosión de efectos especiales y ráfagas de diez frases grandilocuentes por segundo. Si Makoto Shinkai hiciese una película de imagen real, sería ésta, no me cabe ninguna duda. Un fantástico trabajo que junto a “I’m Here” de Jonze forma un improvisado díptico de sci-fi en el que lo verdaderamente importante son los personajes, más allá de las virguerías técnicas.
Caith_Sith
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow